(Artículo traducido del Inglés por Tahíta, de la Revista OM)
Hay tantos libros y artículos llenos de consejos, estrategias y paradigmas sobre la manera de evolucionar o encontrar la felicidad personal y el éxito.
Sin embargo, la mayoría de la gente está profundamente arraigada en sus propios prejuicios (juicios, tanto de uno mismo como de los demás), y expectativas. Generalmente se espera que con una corta rutina diaria de 5 minutos baste para el progreso espiritual.
Los tres conceptos básicos de una vida espiritualmente despierta, presentados por Neale Donald Walsh en Conversaciones con Dios, tomo 2: conciencia, honestidad y responsabilidad, se encuentran entre los más accesibles entre los muchos enfoques para el crecimiento personal y espiritual. La aplicación de estos conceptos en nuestra rutina diaria requiere disciplina inicial, un anhelo del corazón, y mucho más de cinco minutos.
1-Conciencia simplemente significa que seamos y nos mantengamos despiertos y conscientes de cada momento interno y externo. Significa estar conscientes de nuestra respiración y del recuerdo de nuestra naturaleza espiritual de modo que nada se nos escape. Mantenernos conectados con nuestros sentimientos y los mensajes de nuestro cuerpo, aprovechando su sabiduría antes de hablar o hacer cualquier cosa. Observando lo que sucede a nuestro alrededor y con los ojos llenos de amor a la vez que que observamos: interpretamos y respondemos. Saber exactamente cómo nuestras palabras y acciones pueden afectar a cada persona, animal o planta cercanos a nosotros. En última instancia, la conciencia significa permanecer conectados en el aquí-y-ahora recordando quiénes somos cada segundo de cada día y saber lo que queremos manifestar a través de cada palabra o acción.
2-Honestidad significa vivir en la Verdad. Aprender a decirnos la verdad a nosotros mismos acerca de quiénes somos, qué queremos, hacia dónde vamos. A través de veracidad interna viene el perdón y la tolerancia para nosotros, amando nuestras fallas y vulnerabilidades, a medida que las descubrimos.
Una vez que hemos comprendido la verdad dentro, aprendemos a decir a los demás sólo cosas verdaderas acerca de nosotros mismos. Este proceso de decir la verdad finalmente nos llena de autoestima, porque dejamos de jugar a ser jueces y entregamos nuestro verdadero yo al mundo. Finalmente, nuestro lenguaje y tono van a evolucionar también. Vamos a reconocernos hablando con una dulzura nueva. A continuación, seremos capaces de transmitir la verdad a otros sobre sí mismos de una manera agradable, amable.
Nuestras palabras verdaderas siempre debe contribuir a la experiencia personal de alguien y a su evolución. Mientras que las personas son responsables de la interpretación de nuestro mensaje, somos responsables por su contenido, la intención y la entrega. El desafío radica por tanto en crear primero veracidad interior y cultivar la capacidad para llevarlo fuera de la manera que se adapte a nuestra idea de Quienes somos y Quienes Queremos ser.
Honestidad significa también desprendernos de nuestros miedos y necesidades, confiando en que vivir y hablar nuestra verdad más pura nos liberará de nuestro ego, que nos aleja de lo que realmente somos.
3-Responsabilidad significa que no nos escondemos detrás de ningún tipo de excusa. Al ser conscientes y honestos, nos será imposible decir "yo no sabía", "pensé que no importaba", y así sucesivamente. Somos creadores de cada momento de cada día, así como cada interpretación de cada momento de cada día. Tratar de ser la versión más alta de nosotros mismos nos hace responsables de comportarnos o entregar información de una manera que refleje verdaderamente nuestra naturaleza Divina. Ya no existe un margen de ignorancia detrás de la cual nos podamos ocultar indemnes. Si nos mantenemos conscientes, estamos siempre en el conocimiento. Estar en el conocimiento, significa que vivimos la verdad, por lo tanto nuestra responsabilidad en cada acción, palabra, pensamiento, emoción se convierte en inconfundible e innegable. Abrazar la responsabilidad es una oportunidad de elevar por sobre todo a nuestra naturaleza divina.
Se hace evidente que vivir basados en estas tres pautas hace la vida mucho más auténtica. Hay poco lugar para chivos expiatorios, atajos y excusas. Se nos invita a permanecer arraigados en nuestra naturaleza espiritual, presentes en ella, desnudados por la verdad y elevados al sostenerla.
El conocer y hablar la verdad en todo momento es el hábito más liberador y estimulante para aprender. Yo personalmente he probado una y otra vez que si: Sé lo que realmente siento acerca de un problema, y transmito mis sentimientos / opinión / percepción respecto a mi verdad, hablando con amor y bondad… quien me oye, suele recibir el mensaje sin sentirse agredido por lo tanto no se pone a la defensiva, sino más bien en colaboración.
Los tres conceptos son grandes pautas básicas que pueden ser utilizados por cualquier persona. Todo lo que necesitamos es una aspiración sincera,algo de disciplina, y un amigo que nos anime a lo largo de los momentos más difíciles, cuando nuestro ego nos hace una visita. Los primeros pasos en el viaje constituyen a menudo la tarea más difícil, ya que estamos limitados por nuestras propias expectativas y juicios. Sin embargo, si nuestro corazón está anhelando un propósito y felicidad, hay algunas cosas básicas que podemos hacer:
- Tomemos sólo 5 minutos al día para hacernos conscientes de la respiración- Comenzando poco a poco, sin esperar a perseguir una hora de oración contemplativa o meditación. Iremos aumentando la duración de la práctica, naturalmente, cuando estemos listos. Tengamos en cuenta sin embargo nunca saltarnos los 5 minutos de práctica, incluso si estamos terriblemente ocupados. Siempre terminemos la práctica diaria con una oración de gratitud, agradeciendo por todo lo que somos y tenemos. Esta práctica fomenta la conciencia de nuestro universo interior. A medida que la práctica aumenta en tiempo y en profundidad, nuestra conciencia se expandirá hacia afuera.
- Comencemos a practicar la honestidad con nosotros mismo por siempre preguntándonos cómo nos sentimos acerca de cualquier situación / problema / oportunidad. No nos centremos tanto en las respuestas. Entrenemos la mente para sintonizar con regularidad con nuestro corazón durante todo el día dando la bienvenida a cualquier tipo de sentimientos que surjan.
- Cada vez que algo parezca ir de una manera que no nos gusta, suavemente recordemos: "He creado este momento, tiene que haber una oportunidad o un mensaje para mí aquí. ¿Cuál puede ser? "En el principio, el objetivo no es centrarse tanto en conseguir una respuesta, sino aceptar serenamente somos los únicos responsables de la interpretación de cada minuto.
Cuando podamos mirar en nuestro interior y conectar con nuestros verdaderos sentimientos, las posibilidades se abrirán ante nuestros ojos. La claridad que recibimos cuando vivimos nuestra propia vida en la conciencia, la honestidad y la responsabilidad, nos lleva a un poderoso salto adelante hacia nosotros, la felicidad y la realización personal.
Annalisa Corti vive en Florencia, Italia, es profesor aacadémico, naturópata y Consejera Espiritual. Está entrenada en medicina tradicional china, medicina Espagiria, diagnóstico psicosomático, Meditación Mindfulness, y Reiki. Escribe en éste momento su primer libro sobre la espiritualidad aplicada y disfruta de escribir artículos para el corazón y el alma.
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