Traducido del Inglés por Tahíta desde...http://www.truedivinenature.com/blog
Más allá de la apariencia de cada historia personal, la pérdida no tiene nada que ver con las decisiones que se toman.
Cada pérdida es orquestada en un nivel del alma antes de la encarnación.
Esto indica que las elecciones solo determinan cómo conscientemente o inconscientemente la enfrentamos.
A medida que se experimenta la gracia de la pérdida, los patrones de apego se liberan de nuestro campo de energía en una forma espontánea de curación celular.
En ausencia del apego, la disolución simultánea de ideas del llamado pasado o futuro al fin puede revelarla nuestra habilidad natural de ser totalmente abiertos, auténticos y honestos en las relaciones.
Es aquí donde descubrimos la libertad esencial de ser nutridos por la profundidad de lo que damos en vez de necesitar ser alimentados por lo que presumimos que conseguiremos.
Hasta que se experimente la profundidad auténtica del amor intemporal en la vida, cada patrón de apego restante será curado por pérdidas espontáneas surgidas de la naturaleza impermanente de las experiencias.
Este es el sentido primario de la transformación que ocurre en el juego de las relaciones, ya sea entre miembros de la familia, amigos o amantes.
Cuando no somos conscientes del propósito más profundo que las relaciones sirven en nuestra propia evolución, podemos encontrarnos atrapados en éstas disoluciones dolorosas de apegos hasta que nuestra curación sea completa.
Dependiendo de lo sumergidos que estemos en el mundo de las formas, es posible que sin saberlo evitemos esa curación intentando superar el poder transformador de la pérdida perdiéndonos en el sueño del dolor, donde nada más que desesperación existe, hipnotizados por su fragancia persistente.
No importa cómo ocurra, la pérdida no es algo para arreglar. Es algo a lo que sobrevivir.
Matt Kahn
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