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jueves, 30 de septiembre de 2021

¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos? - Mark Coleman

Traducido con Amor desde… https://tricycle.org

 

Cuando le pregunto a un salón lleno de estudiantes, "¿Quién no ha causado daño a alguien con sus palabras y acciones?" no se levanta ni una sola mano. Todos hemos hecho cosas de las que nos arrepentimos. De manera similar pregunto si hay alguien que no haya causado daño de alguna manera a través de su sexualidad. Una vez más, rara vez se levanta una mano. Es lo mismo cuando pregunto si hay alguien que no se arrepienta de actuar o de decir alguna tontería en un momento de pasión y reactividad.

Cometer errores, tener poco juicio y hacer cosas que sabemos que no deberíamos en el calor del momento son una parte natural de la condición humana. Entonces, ¿por qué somos tan duros con nosotros mismos? ¿Cómo explicamos toda la culpa que cargamos? Podemos rastrear esta patología de la auto recriminación al crítico y a un estándar idealizado e imposible de comportamiento humano.

Una de las cosas que más he apreciado de mis años de práctica de meditación es haber hecho las paces con mi humanidad. No es que no aspire a crecer, desarrollarme y trabajar en mí mismo. Pero ya no me aferro a un ideal imposibleCuanto menos espero ser perfecto y nunca cometer errores, más probabilidades tengo de avanzar hacia el perdón. Soy más capaz de liberarme de la pesada carga de culpa que he estado cargando por las cosas dolorosas que hice en el pasado, por las cosas de las que me arrepiento.

A veces miro hacia atrás y me avergüenzo de lo que solía decir, las opiniones que defendía y la arrogancia egocéntrica de la juventud. Pero eso también es parte de vivir, de crecer, los inevitables dolores de crecimiento de ser humano. Cuando descubrí la meditación por primera vez, era como un “meditador nacido de nuevo” y trataba de convencer con entusiasmo a todos mis amigos y familiares de que debían meditar. En mi arrogancia juvenil, estaba ansioso por señalar todas las formas en que no estaban iluminados y lo que debían hacer al respecto. Ahora mi familia se burla de mí por eso.

Una comprensión particular que debo a mi entrenamiento en meditación es la comprensión de que no hay más tiempo que el ahora. El futuro es una ilusión, el pasado es ahora un sueño y la única realidad a la que tenemos acceso es el presente. En ese sentido, el perdón a uno mismo es la voluntad de dejar de intentar arreglar nuestro pasado o mejorarlo. Es perder toda esperanza de mejorar lo que ya ha sucedido. Lo hecho, hecho está.

Si esto es cierto, ¿por qué nos esforzamos tanto en arreglar el pasado? Es porque no podemos soportar vivir con el doloroso hecho de que hicimos y dijimos todas esas cosas que lamentamos y desearíamos poder retirar. Lo hacemos como una forma de intentar detener el dolor que aún persiste en el presente debido a eventos pasados. La mente tiene una resistencia profundamente arraigada a sentir dolor, incluso si sucedió hace mucho tiempo. Es por eso que pasamos tanto tiempo en nuestra cabeza, pensando, repitiendo, repitiendo, discutiendo, en lugar de reconocer la parte tierna y vulnerable de nosotros mismos y dejar entrar la tristeza y la pérdida que acompañaron al dolor cuando ocurrió.

Fui a la escuela en una zona peligrosa de la ciudad. Había peleas físicas constantes y abundaba el hostigamiento severo. Como tanto dolor humano, se transmitió a lo largo de la cadena, de los niños mayores a los más pequeños. Estaba en el extremo receptor de un montón de dolorosos acosos y burlas psicológicas. Sin embargo, también aprendí a repartirlo. Transmitía el ridículo psicológico recibido a otros, cuando no había riesgo de ser amenazado físicamente al hacerlo.

Solía ​​mirar atrás con horror y vergüenza a la forma en que me burlaba de un compañero de clase. ¿Cómo podía yo, quién sabía lo doloroso que era ser ridiculizado en público, hacer lo mismo? Dado el espacio de tiempo y una reflexión sabia, ahora puedo ver que era solo un engranaje en la rueda, simplemente transmitiendo lo que había aprendido, tratando de sobrevivir a mi manera y de mantener el acoso lejos de mí. Encuentra un chivo expiatorio y mantente a salvo era el lema. Por supuesto, eso no lo justifica de ninguna manera ni lo corrige. Todavía me pregunto hasta el día de hoy sobre el impacto que mis palabras y acciones tuvieron en mi pobre compañero de clase, y todavía me siento triste por haber elegido actuar de esa manera.

Y es el perdón a mí mismo lo que me permite comprender las condiciones de ese período de mi vida y sentir el dolor de todos los involucrados; al mismo tiempo me permite liberar el juicio y la vergüenza. A pesar de que yo era el que estaba siendo cruel, en el fondo de mi corazón también sabía que era cruel y que estaba alimentado por mi propio dolor y miedo. Era lo que era. Sucedió debido a un conjunto doloroso de causas y condiciones, y puedo sentir ternura hacia mí mismo, el compañero de clase y todas las formas en que tales acciones continúan hoy en día debido a la ceguera, el miedo y el odio.

¿De qué manera te juzgas a ti mismo por tus errores pasados? ¿En qué áreas de la vida estás tratando de mejorar tu pasado? ¿De qué manera eres incapaz de aceptar quién y qué eras? No se trata de negar lo sucedido o de mejorarlo todo. Se trata de encender la luz directamente sobre las áreas de doloroso arrepentimiento y extenderles una mano amorosa.

Siempre que tengamos una cantidad inusualmente grande de espacio y tiempo en nuestras manos, nuestra mente rumiará los caminos de antaño. Esto es en parte el cerebro que repite experiencias pasadas en un intento de aprender para el futuro. En esos momentos, las cosas del pasado oscuro y distante que aún no están resueltas aflorarán en nuestros corazones. Esto es especialmente cierto para aquellos que han tenido roces con la muerte, están muy enfermos o enfrentan una enfermedad terminal. Dado que somos criaturas sociales, en estos momentos nuestro corazón puede hacer una revisión de vida, con un enfoque particular en cómo hemos actuado en relación con los demás. Sin duda, esto puede ser sobre nuestra historia romántica, pero también incluye nuestras relaciones con la familia, los amigos, los colegas y los vecinos.

Noté esta tendencia en mi padre a medida que crecía. De vez en cuando me preguntaba cómo era él como padre cuando yo era joven. En particular, preguntaba si estaba lo suficientemente cerca o si se había ausentado demasiado. Sirvió en la Marina Real Británica, por lo que estuvo ausente durante largos períodos de tiempo cuando yo era un bebé. Me di cuenta de que pesaba mucho en su corazón. No había nada que pudiera hacer al respecto ahora, sin embargo, algo en su corazón necesitaba consolarlo y tranquilizarlo. Y por mucho que pueda ofrecer seguridad, como siempre, en última instancia, tiene que venir de perdonarnos a nosotros mismos.

Cualquier consideración de nuestras relaciones revelará inevitablemente tanto alegrías como desafíos. Y, por supuesto, es comida fácil para el crítico, que se meterá en todas las formas en que hemos defraudado a la gente, hablado falsamente, herido a nuestros seres queridos o simplemente no mostramos como amigos de la manera que hubiéramos deseado. A menudo se trata de recuerdos tiernos y dolorosos de albergar. Es importante que guardemos estos recuerdos con compasión y amabilidad, no con recriminaciones. Es demasiado fácil para el juez con una visión retrospectiva de 20/20 ver todas las formas en que podríamos haberlo hecho mejor. Es importante recordar que siempre hacemos lo mejor que podemos con la información, las habilidades y los recursos que tenemos disponibles en ese momento.

Entonces, como parte de la curación del corazón y el pasado que sigue cayendo en cascada hacia el presente, practicamos el perdonarnos a nosotros mismos por nuestras decisiones y acciones pasadas. Nuestro objetivo es aceptar plenamente lo que sucedió, asumir la responsabilidad de ello y formar una fuerte intención de aprender de nuestro pasado y vivir de manera más inteligente, con más cuidado y compasión. También nos perdonamos a nosotros mismos en el presente y para el futuro, sabiendo que, siendo humanos, tomaremos otras decisiones de las que podemos vivir para lamentarnos. Aspiramos a mantenernos fieles a nuestra intención de actuar con la mayor integridad y amabilidad que podamos, pero nos perdonamos a nosotros mismos cuando inevitablemente nos equivocamos.

De esta manera, su práctica del perdón se convierte en un hábito mental positivo que le permite liberar el juicio, el arrepentimiento y el tormento de la vergüenza del pasado y el presente. Y eso abre la capacidad para que el corazón amoroso crezca en todas direcciones.

PRÁCTICA: FOMENTAR EL PERDÓN A UNO MISMO

Volcarnos hacia nuestros errores con perdón en lugar de juzgar o culpar contribuye significativamente a sentir paz en nuestro corazón. Es como llevar un bálsamo calmante a partes dolorosas de nosotros mismos que hemos rechazado durante mucho tiempo. Cuando podemos acceder a esta actitud de perdón en momentos de angustia por algo que hemos dicho o hecho, puede permitirnos liberarnos de esa experiencia y estar más tranquilos.

Esta meditación te ayudará a desarrollar un sentido de perdón a ti mismo.     

1-Encuentra un lugar donde no te molesten durante al menos 10 minutos. Sentado en una silla en la que puedas estar erguido pero relajado, adopta una postura cómoda.

2-Cierra suavemente los ojos y siente la respiración en el centro de tu corazón (el centro de tu pecho).

3-Recuerda una forma particular en que has dañado a otros a través de tus palabras o acciones. Puede ser un dolor mental, emocional o relacional que fue causado.

4-Tómate unos momentos para sentir la experiencia y el sufrimiento de quienes están involucrados en estos recuerdos. ¿Puedes estar con su dolor y angustia con una amable atención?

5-Sostén ese dolor con atención cariñosa y ofrécete estas palabras lenta y significativamente a ti mismo:   No importa lo que haya hecho, consciente o inconscientemente, que haya causado dolor y sufrimiento a otros, por mis pensamientos, palabras o acciones, por lo que he hecho, dicho o no dicho, por lo que he hecho o no hecho, o por lo que he pensado, me ofrezco perdón tanto como sea posible en este momento. Repite estas frases varias veces mientras recuerdas lo que sucedió. Trata de mantenerte conectado con tu corazón y permite que todos tus sentimientos estén presentes. Si el crítico surge y te recuerda lo malo que eres y por qué deberías sentir vergüenza, desvía tu atención del juicio. Agradécele su opinión, luego vuelve a centrar tu atención en la meditación y las frases de perdón.

6-Ahora recuerda una forma particular en la que te has lastimado. Puede ser un daño físico o emocional, causado por el descuido o por la forma en que te castigas, maltratas tu cuerpo o te menosprecias en público.

7-Sostén el dolor de ese incidente con atención cariñosa y ofrécete estas frases lenta y significativamente a ti mismo:  No importa lo que haya hecho, consciente o inconscientemente, que me haya causado dolor y sufrimiento, por mis pensamientos, palabras o acciones, por lo que he dicho o no he dicho, por lo que he hecho o no he hecho, o por lo que he pensado, me ofrezco perdón tanto como sea posible en este momento. Estate presente ante cualquier sentimiento, reacción o dolor que surja. Trata de traer tanta presencia amorosa a ti mismo, a los sentimientos y al dolor como sea posible. Di estas frases varias veces, lenta y genuinamente, para que puedas dejar entrar cualquier sentimiento que pueda estar presente.

8-Cuando te sientas listo para terminar esta meditación, abre lentamente los ojos y muévete y estírate suavemente.

 

Sabe que cuando se trata de perdonarte a ti mismo, es posible que, al principio, no sientas mucha piedad en absoluto. La frase clave en esta práctica es "tanto como sea posible en este momento". Hacemos lo mejor que podemos para comenzar el lento y paciente camino del perdón. Aprender a perdonar lleva tiempo, a veces años. Así que ten paciencia mientras incorporas un poco de perdón en tu rutina diaria como una forma de fortalecer tu capacidad de perdonar.

También es importante recordar que no hacemos este ejercicio de perdón para pasar por alto cualquier maldad dañina, pasada o presente. Practicamos el perdón al mismo tiempo que asumimos toda la responsabilidad por lo que hicimos. Y luego aspiramos a no repetir tal comportamiento en el futuro.

Una vez que aprendas a hacer esto en la meditación formal, puedes recordar las frases de perdón donde quiera que estés.

Extraído del libro Make Peace with Your Mind de  Mark Coleman

Mark Coleman es un profesor de meditación, autor y fundador del Mindfulness Institute. Desde que comenzó a enseñar hace casi dos décadas, ha dirigido retiros de meditación en los cinco continentes. Lo anterior es un extracto de su libro más reciente, Make Peace With Your Mind, que enseña cómo usar la práctica de la meditación para calmar nuestras voces internas negativas.

https://tricycle.org/trikedaily/why-are-we-so-hard-on-ourselves/

Cocina consciente: preparar comidas con conciencia plena- Adam Brady

Traducido con Amor desde…https://chopra.com/articles

 

 

“Una receta no tiene alma. Tú, como cocinero, debes darle alma a la receta ". —Thomas Keller

 

Muchos de nosotros estamos familiarizados con la práctica de la atención plena en la cocina, un enfoque consciente para consumir su comida con reverencia, atención deliberada, encarnación sensorial completa, gratitud y conciencia del momento presente. La alimentación consciente es una excelente manera de infundir una conciencia más profunda en una de sus actividades diarias más fundamentales. Sin embargo, antes de que la comida llegue a su plato, debe estar preparada o cocida. Ingrese a la práctica de la cocina consciente o la preparación de comidas con plena conciencia.

La cocina consciente se trata de estar totalmente presente en el acto de preparación de los alimentos. Aporta una conciencia profunda de los detalles únicos de la experiencia culinaria y una sensación profunda en el cuerpo de crear una comida nutritiva y curativa con atención, compasión, gratitud y amor.

Si bien puede parecer simple, hay varios elementos clave para la preparación consciente de comidas que ayudan a que sea una experiencia verdaderamente consciente. Considere lo siguiente cuando se disponga a crear su próxima comida.

Comienza con intención

Para comenzar tu práctica de cocina consciente, has una pausa y establece una intención clara. Cierra los ojos, respira profundamente un par de veces y declara que vas a utilizar este tiempo para preparar tu comida con toda su atención. Visualiza el producto final de una comida deliciosa y nutritiva. Ten el claro reconocimiento de que eres un canal de conciencia pura y permítete ser el instrumento a través del cual se preparará la comida. Consagra la experiencia como una oportunidad para profundizar en tu camino de despertar.

Céntrate en el servicio

Preparar comidas es un acto de servicio; estás nutriendo tu propia mente y cuerpo o la mente y el cuerpo de los demás. Estás entregando amor y atención a aquellos para quienes cocinas a través de la comida misma. Ríndete para llevar la plenitud de tu ser a un acto de servicio desinteresado. Este es un acto de Karma Yoga; realizar la acción reconociendo que aquellos a quienes sirves son dioses y diosas disfrazados.

Prepara deliberadamente el espacio

Antes de comenzar, tómate el tiempo para preparar metódicamente tu entorno. Dispone tus recetas, herramientas (cuchillos, cucharas, tablas de cortar, cacerolas, etc.), junto con los ingredientes. En la escuela culinaria, una de las primeras lecciones que se enseñan a los nuevos chefs se conoce como Mise en place., que significa "poner en su lugar" y se refiere tanto a la configuración de la cocina como al estado mental del chef. Al igual que en una ceremonia del té, tómate el tiempo para organizar todo de antemano para que no tengas que correr por un ingrediente una vez que haya comenzado la cocción. Este también es el momento perfecto para tomarte un momento para cultivar gratitud por todo lo que se te presenta. Reconoce la red de relaciones que tienen que existir (agricultores, trabajadores, conductores, dependientes de comestibles y muchos otros) para traer estos ingredientes y herramientas ante ti. Recuerda también elegir ingredientes que sean sáttvicos o puros, nutritivos, esenciales y llenos de fuerza vital o prana .

Procede con cuidado y atención

Al comenzar a seguir una receta o cocinar, reverencia cada paso del proceso. Sigue cada paso de las instrucciones con plena conciencia; no te límites a mezclar y mezclar los ingredientes en un tazón sin sintonizar con lo que estás haciendo. Muévete lo más lenta y deliberadamente posible según los pasos requeridos y los tiempos de cocción involucrados.

Disfruta de una experiencia sensorial completa

Cocinar es una experiencia maravillosa que involucra a todos tus sentidos. Toma nota de cómo estas puertas de entrada de percepción te ayudan a tener una experiencia más profunda del momento:

Puedes ver los colores, ver el vapor que sale de la comida y notar la frescura de cada ingrediente.

Puedes oler la comida y las especias, y darte cuenta de la combinación de aromas únicos en la fragancia más amplia del plato.

Puedes probar los ingredientes individuales, sumergiéndose en las cualidades dulces, saladas, picantes, amargas y astringentes de cada uno.

Puedes oír el hervor del agua, el ritmo rítmico de un cuchillo en l tajo, el chisporroteo de la cocción.

Puedes sentir la textura de los ingredientes, el grosor de una mezcla, los granos de sal mientras los esparces en un guiso.

Abraza la presencia total

Permite que la experiencia de cocinar sea una experiencia de ser completo y total. Deja que tu mente se deslice más allá del pasado o del futuro y simplemente experimenta este momento, esta acción en su plenitud. Por supuesto, es importante estar seguro y consciente de los tiempos de cocción, la desinfección adecuada, los quemadores calientes y los cuchillos afilados, pero en la medida de lo posible, libera cualquier distracción que no esté relacionada con la cocina. Deja tu teléfono, evita la multitarea y trabaja para hacer solo una cosa a la vez . Puede resultar útil utilizar un mantra para mantener la mente anclada en el momento presente. 

Sirve y bendice la comida

Una vez que la comida está preparada, es hora de que te la sirvas o las sirvas a tus amigos, familiares o invitados. Presentar la comida con un espíritu atento de servicio y gratitud nuevamente ayuda a honrar lo divino en la comida y a quienes la comerán. Este es también un momento ideal para ofrecer una bendición por la comida, ya sea en silencio o en voz alta, de tal manera que agradezca y reconozca lo afortunados que somos de poder compartir una comida juntos.

Una bendición tradicional usada a menudo por monjes y yoguis es reflexionar sobre este pasaje del Bhagavad Gita Capítulo 4, verso 24:

Puedo recordar que cocinar esta comida es conciencia divina; la comida en sí misma es la conciencia divina, y el proceso de consumir la comida es conciencia divina. Por tanto, que el acto de cocinar, servir y comer se realice con plena conciencia que me lleve al despertar de mi naturaleza divina. Om, paz, paz, paz.

Al servir y bendecir la comida, entregas la práctica de la cocina consciente a todos aquellos que disfrutan de los resultados de sus esfuerzos. O como observa agudamente el monje budista Thich Nhat Hanh: “Cuando preparas una comida con conciencia, es deliciosa y saludable. Has puesto atención plena, amor y cuidado en la comida, entonces la gente se alimentará de tu amor. ".

 

El profesor de yoga, autor y artista marcial Adam Brady ha estado afiliado al Centro Chopra durante casi 20 años. Es un Educador Védico certificado capacitado en Meditación, Siete Leyes Espirituales del Yoga y Salud Perfecta: Estilo de Vida Ayurvédico, y enseña regularmente en el área de Orlando, Florida. Es autor de más de 50 artículos y dos libros.

https://chopra.com/articles/conscious-cooking-preparing-meals-with-mindful-awareness

Golpea tu cabeza contra la pared - Noelle Oxenhandler

Traducido desde...https://melissawest.com

 

¿Qué tal esa cita de Pema Chödrön , "Nada desaparece hasta que nos enseña lo que necesitamos saber?"

Hoy quiero dedicar un tiempo a desempacar una cita que escucho a menudo en las clases de yoga y que se difundió en las redes sociales. Cada vez que lo escucho o lo veo me eriza. Los fragmentos de sonido breves sacados de contexto a menudo son así para mí.

He sido un estudiante serio del linaje de Chogyam Trungpa Rinpoche desde el verano de 2017. Tengo  cierto conocimiento como estudiante de budismo y el linaje de Chogyam Trungpa Rinpoche del cual Pema Chodron es parte.

Después de escuchar recientemente este byte de sonido en una clase de yin yoga, pensé, ¿sabes qué?, voy a hacer un trabajo de detective y mirar el contexto de esta cita. Simplemente no parece algo que me diría Pema Chodron. Uno de mis libros favoritos de ella es “Comienza donde estés”. 

Supongo que debería hablar de lo que me molesta de esta cita fuera de contexto: "Nada desaparece hasta que te enseña lo que necesitas saber". Para mí, es la antítesis del budismo tibetano en general, ya que nos estamos entrenando para abrirnos a todo: nuestros pensamientos, emociones, situaciones, personas…. No estamos entrenando para alejar las cosas. Y en segundo lugar, parece que le falta compasión. Para la persona que ha sido diagnosticada con una enfermedad terminal, esta cita por sí sola es bastante cruel. La enfermedad terminal no va a desaparecer, incluso si aprenden todas las lecciones del mundo.

Así que lo primero que hice fue mirar en qué libro estaba esta cita. La cita proviene de su libro: Cuando las cosas se desmoronan: consejos para el corazón en tiempos difíciles. Incluso el título me dio algo de espacio alrededor de la cita: consejo del corazón. De hecho, no tuve que ir muy lejos en el libro para encontrar la compasión que sentía que faltaba en el byte de sonido. Al comienzo del libro, Pema Chodron habló sobre cómo el tema principal de su libro era la necesidad de despertar una compasión intrépida hacia nuestro propio dolor y el dolor de los demás.

En la página dos había una cita que había resaltado que decía: "Por favor, no crea que en la meditación la irritación se toma vacaciones". A medida que leía, había más y más, "La naturaleza de Buda nos patea el trasero para que seamos receptivos", "deja de huir" y "acércate", y eso fue solo el capítulo uno.

Pero pasaré directamente al contexto de la cita que proviene del Capítulo 11 No agresión y las Maras, a la mitad del libro. Las maras son obstáculos. Hay obstáculos internos y externos.

Antes de la cita, Pema Chodron está hablando de obstáculos internos. Específicamente, ella está hablando de nuestra propia confusión interior. Justo antes de la cita dice, tal vez no haya ningún obstáculo excepto nuestra necesidad de evitar que nos toquen.

El resto de la cita dice:

“Nada nos ataca realmente excepto nuestra propia confusión. Quizás no exista un obstáculo sólido excepto nuestra propia necesidad de protegernos de ser tocados. Si corremos a cien millas por hora hasta el otro extremo del continente para escapar del obstáculo, nos encontramos con el mismo problema esperándonos cuando llegamosSimplemente sigue regresando con nuevos nombres, formas, manifestaciones hasta que aprendemos todo lo que tiene que enseñarnos sobre dónde nos estamos separando de la realidad, cómo nos estamos alejando en lugar de abrirnos, cerrarnos en lugar de permitirnos experimentar plenamente lo que sea que estamos  encontrando, sin vacilar ni replegarnos en nosotros mismos ”.

Luego continúa contando una historia de cómo tuvo una experiencia con su maestro Chogyam Trungpa, quien le pide a ella y a otros estudiantes que vean cómo reaccionan cuando las cosas se ponen insoportables. Mi profesor también me ha hecho esta pregunta. Es una hermosa contemplación e indagación sobre cómo podemos volvernos hacia nosotros mismos con compasión o alejarnos de nosotros mismos con agresión.

La cita, en otras palabras, no se trata de que la "cosa" se vaya. En otro punto del libro, Pema Chodron habla de cómo las cosas se juntan y se deshacen. Se trata de abrirnos a nosotros mismos con compasión. Se trata de notar con amabilidad cuando nos cerramos y cuando nos abrimos. Se trata de ablandarse cuando las cosas se ponen difíciles, no de endurecerse e intentar ganar terreno para poder seguir adelante. Se trata de abrirse a lo que es ser humano. Se trata de ser generosos y amables con nosotros mismos, no críticos, porque esto está apareciendo de nuevo y todavía no he aprendido la maldita lección.

Melissa West

https://melissawest.com/pema-chodron-quote/

El problema con una cita de Pema Chödrön -  Melissa West

Traducido desde...https://melissawest.com

 

¿Qué tal esa cita de Pema Chödrön , "Nada desaparece hasta que nos enseña lo que necesitamos saber?"

Hoy quiero dedicar un tiempo a desempacar una cita que escucho a menudo en las clases de yoga y que se difundió en las redes sociales. Cada vez que lo escucho o lo veo me eriza. Los fragmentos de sonido breves sacados de contexto a menudo son así para mí.

He sido un estudiante serio del linaje de Chogyam Trungpa Rinpoche desde el verano de 2017. Tengo  cierto conocimiento como estudiante de budismo y el linaje de Chogyam Trungpa Rinpoche del cual Pema Chodron es parte.

Después de escuchar recientemente este byte de sonido en una clase de yin yoga, pensé, ¿sabes qué?, voy a hacer un trabajo de detective y mirar el contexto de esta cita. Simplemente no parece algo que me diría Pema Chodron. Uno de mis libros favoritos de ella es “Comienza donde estés”. 

Supongo que debería hablar de lo que me molesta de esta cita fuera de contexto: "Nada desaparece hasta que te enseña lo que necesitas saber". Para mí, es la antítesis del budismo tibetano en general, ya que nos estamos entrenando para abrirnos a todo: nuestros pensamientos, emociones, situaciones, personas…. No estamos entrenando para alejar las cosas. Y en segundo lugar, parece que le falta compasión. Para la persona que ha sido diagnosticada con una enfermedad terminal, esta cita por sí sola es bastante cruel. La enfermedad terminal no va a desaparecer, incluso si aprenden todas las lecciones del mundo.

Así que lo primero que hice fue mirar en qué libro estaba esta cita. La cita proviene de su libro: Cuando las cosas se desmoronan: consejos para el corazón en tiempos difíciles. Incluso el título me dio algo de espacio alrededor de la cita: consejo del corazón. De hecho, no tuve que ir muy lejos en el libro para encontrar la compasión que sentía que faltaba en el byte de sonido. Al comienzo del libro, Pema Chodron habló sobre cómo el tema principal de su libro era la necesidad de despertar una compasión intrépida hacia nuestro propio dolor y el dolor de los demás.

En la página dos había una cita que había resaltado que decía: "Por favor, no crea que en la meditación la irritación se toma vacaciones". A medida que leía, había más y más, "La naturaleza de Buda nos patea el trasero para que seamos receptivos", "deja de huir" y "acércate", y eso fue solo el capítulo uno.

Pero pasaré directamente al contexto de la cita que proviene del Capítulo 11 No agresión y las Maras, a la mitad del libro. Las maras son obstáculos. Hay obstáculos internos y externos.

Antes de la cita, Pema Chodron está hablando de obstáculos internos. Específicamente, ella está hablando de nuestra propia confusión interior. Justo antes de la cita dice, tal vez no haya ningún obstáculo excepto nuestra necesidad de evitar que nos toquen.

El resto de la cita dice:

“Nada nos ataca realmente excepto nuestra propia confusión. Quizás no exista un obstáculo sólido excepto nuestra propia necesidad de protegernos de ser tocados. Si corremos a cien millas por hora hasta el otro extremo del continente para escapar del obstáculo, nos encontramos con el mismo problema esperándonos cuando llegamosSimplemente sigue regresando con nuevos nombres, formas, manifestaciones hasta que aprendemos todo lo que tiene que enseñarnos sobre dónde nos estamos separando de la realidad, cómo nos estamos alejando en lugar de abrirnos, cerrarnos en lugar de permitirnos experimentar plenamente lo que sea que estamos  encontrando, sin vacilar ni replegarnos en nosotros mismos ”.

Luego continúa contando una historia de cómo tuvo una experiencia con su maestro Chogyam Trungpa, quien le pide a ella y a otros estudiantes que vean cómo reaccionan cuando las cosas se ponen insoportables. Mi profesor también me ha hecho esta pregunta. Es una hermosa contemplación e indagación sobre cómo podemos volvernos hacia nosotros mismos con compasión o alejarnos de nosotros mismos con agresión.

La cita, en otras palabras, no se trata de que la "cosa" se vaya. En otro punto del libro, Pema Chodron habla de cómo las cosas se juntan y se deshacen. Se trata de abrirnos a nosotros mismos con compasión. Se trata de notar con amabilidad cuando nos cerramos y cuando nos abrimos. Se trata de ablandarse cuando las cosas se ponen difíciles, no de endurecerse e intentar ganar terreno para poder seguir adelante. Se trata de abrirse a lo que es ser humano. Se trata de ser generosos y amables con nosotros mismos, no críticos, porque esto está apareciendo de nuevo y todavía no he aprendido la maldita lección.

Melissa West

https://melissawest.com/pema-chodron-quote/

Descubriendo el manantial - Pema Chödrön

 

Un ser humano forma parte de la totalidad que llamamos «el universo», es una parte  limitada  en  el  tiempo  y  el  espacio.  Se  experimenta a  sí  mismo, a  sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto, lo cual constituye una especie  de  ilusión  óptica  de  la  mente.  Esta  ilusión  supone  una  prisión para nosotros y nos limita a nuestros deseos personales y al afecto que sentimos por unas pocas personas cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión ampliando el círculo de comprensión y compasión para contener a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su belleza.

ALBERT EINSTEIN

 

Mientras excavábamos la tierra para construir los cimientos de nuestro centro de retiro  en Gampo Abbey,  topamos  con un lecho  de  roca  y se  abrió  en él  una grietecilla, por la que un minuto después goteaba agua. Y al cabo de una hora el agua fluía a borbotones y la grieta se había ensanchado.

Encontrar la bondad básica de la bodichita (corazón compasivo) es lo mismo, es como descubrir un manantial de agua viva que había estado cubierto temporalmente por una sólida roca. Cuando sentimos el  centro del  dolor, cuando nos sentamos con el  malestar  sin intentar eliminarlo, cuando somos conscientes del dolor que nos causa la desaprobación o la traición y dejamos que éste nos suavice, son los momentos en que conectamos con la bodichita.

Conectar  con ese  tembloroso y tierno  lugar  tiene  un efecto  transformador. Permanecer en él puede producirnos una sensación de incertidumbre o ponernos los nervios de punta, pero también nos hace sentir mucho mejor. Estar ahí sin más, aunque sólo sea por un momento, supone un genuino acto de bondad hacia nosotros mismos. Ser lo bastante compasivos para contemplar nuestros propios miedos exige, por supuesto, tener valor, y sin duda parece ir en contra de nuestro instinto, pero es lo que necesitamos hacer.

Es difícil saber si reír o llorar ante la difícil situación de los seres humanos. Henos aquí llenos de sabiduría y sensibilidad y —sin saberlo siquiera— las cubrimos para protegernos de la inseguridad que sentimos. Aunque tengamos el potencial para ser tan libres como una mariposa, preferimos misteriosamente el pequeño y horrible capullo del ego.

Una amiga mía me contó la situación de sus ancianos padres en Florida: «Viven en una zona sumida en la pobreza y la penuria; la amenaza de violencia parece ser muy real.  La  forma  en que  se  relacionan con ella  es  vivir  en una  comunidad protegida por un muro y vigilada por perros y puertas eléctricas, con la esperanza de que no pueda entrar nada malo. Por desgracia, a los amigos de mis padres cada vez les da más miedo salir de esos muros. Desean ir a la playa o al campo de golf, pero están demasiado asustados como para moverse. Aunque ahora paguen a alguien para que les haga las compras, cada vez se sienten más inseguros. Últimamente incluso tienen miedo del personal autorizado a entrar: de los que arreglan los electrodomésticos, los jardineros, los fontaneros y los electricistas. Su aislamiento está haciendo que sean incapaces de afrontar un mundo imprevisible». Esta situación es muy similar a los mecanismos del ego.

Como Albert Einstein señaló, la tragedia de sentirnos separados de los demás reside en que esta ilusión acaba convirtiéndose en una prisión. Pero lo que es más triste aún es que la posibilidad de ser libres nos turba cada vez más. Cuando se abren las barreras, no sabemos qué hacer. Necesitamos que nos prevengan un poco más sobre lo que se siente cuando los muros empiezan a derrumbarse. Necesitamos que nos digan que tener miedo y temblar forma parte del crecimiento personal y que el desapego requiere valor. No reuniremos el valor para a ir a los lugares que nos dan miedo a no ser que investiguemos de una forma compasiva los mecanismos del ego. Así  que  hemos  de  preguntarnos: «¿Qué  hago  cuando siento  que  no  puedo afrontar lo que me está ocurriendo? ¿Qué es lo que me da fuerza y en qué confío?».

El Buda enseñó que la flexibilidad y la apertura nos dan fuerza interior, y que huir de la vacuidad nos debilita y hace sufrir. Pero ¿hemos comprendido que la clave reside en familiarizarnos con nuestras huidas? Una actitud abierta no surge de luchar contra nuestros miedos, sino de conocerlos a fondo.

En vez de  atacar  esos muros y barreras con un mazo, lo que hacemos es prestarles atención. Con suavidad y sinceridad, nos acercamos a ellos. Los tocamos, los olemos y llegamos a conocerlos bien. Empezamos un proceso de aceptación de nuestras aversiones y deseos. Nos familiarizamos con las estrategias e ideas que usamos para levantar esos muros: ¿Cuáles son las historias que me cuento? ¿Qué es lo que me repugna y me atrae? Empezamos a sentir curiosidad por lo que ocurre en nuestro interior. Sin juzgar lo que vemos como bueno ni malo, nos limitamos a contemplarlo con la mayor objetividad. Somos capaces de observarnos con sentido del humor, sin que esta investigación nos ponga demasiado serios, moralizadores o tensos. Año tras año, aprendemos a mantenernos abiertos y receptivos a cualquier cosa  que  surja. Y lentamente,  muy poco a  poco, las  grietas  de  los  muros  van ensanchándose y, como por arte de magia, la bodichita acaba fluyendo libremente.

Una  enseñanza  que  nos  ayuda  a  realizar  este  proceso  de  desbloquear  la bodichita es la de los tres señores del materialismo. Se trata de las tres formas en que intentamos protegernos de este mundo fluido e indefinible, de las tres estrategias que usamos para obtener una ilusión de seguridad. Esta enseñanza nos anima a familiarizarnos con las estrategias del  ego, para ver claramente cómo seguimos persiguiendo la comodidad y la tranquilidad de un modo que tan sólo fortalece más aún nuestros miedos.

El primero de los tres señores del materialismo se denomina el señor de la forma. Representa la manera en que nos refugiamos en los objetos externos para obtener  una  sensación  de  seguridad.  Empezamos  observando  los  métodos  que usamos para huir: ¿Qué hago cuando me siento ansioso, deprimido, aburrido o solo?

¿Intento sentirme mejor con la «terapia de ir de compras»? ¿O me refugio en el alcohol y la comida? ¿Intento animarme tomando drogas, practicando el  sexo o buscando aventuras? ¿Prefiero retirarme  en la  belleza  de  la  naturaleza  o  en el delicioso mundo que me proporciona una buena novela? ¿Lleno el espacio llamando por teléfono, navegando por Internet o mirando la televisión durante horas? Algunos de estos métodos son peligrosos, en cambio otros son divertidos o incluso bastante benignos. Lo importante es que podemos abusar de cualquier sustancia o actividad para huir de la sensación de inseguridad. Cuando nos volvemos adictos al señor de la forma, estamos creando las causas y las condiciones para que el sufrimiento aumente. No podremos obtener una satisfacción duradera por mucho que lo intentemos. En lugar de ello, los sentimientos de los que intentamos huir se volverán más fuertes.

Una analogía tradicional para el dolor que causa el señor de la forma es un ratón atrapado en una ratonera porque no ha podido resistirse al queso. El Dalai Lama ha dado la vuelta a esta analogía de un modo muy interesante. Cuenta que cuando era niño y vivía en el Tíbet, solía intentar atrapar ratones no porque deseara eliminarlos, sino porque quería ser más listo que ellos. Dice que los ratones del Tíbet deben de ser más inteligentes que los ratones corrientes, porque nunca logró atrapar  ninguno.  En lugar  de  ello  se  convirtieron en sus  modelos  de  conducta iluminada. Le dio la impresión de que, a diferencia de la mayoría de nosotros, aquellos ratones habían llegado a la conclusión de que lo mejor para ellos era renunciar al efímero placer que les producía un pedacito de queso a cambio del duradero placer de vivir. Él nos animó a seguir su ejemplo.

Al margen de cómo nos dejemos atrapar, nuestra reacción habitual no es la de sentir curiosidad por lo que nos está ocurriendo. No nos dedicamos a investigar de manera natural las estrategias del ego, sino que la mayoría nos limitamos a buscar ciegamente algo familiar que asociamos con que nos hará sentir mejor y después nos preguntamos por qué no estamos satisfechos. La aproximación radical a la práctica de la bodichita es prestar atención a lo que hacemos. Sin juzgarlo, aprendemos a aceptar  con  suavidad  cualquier  cosa  que  nos  ocurra.  Y,  al  final,  puede  que decidamos dejar de lastimarnos como solemos hacerlo.

El segundo de los tres señores del materialismo es el señor de las palabras. Representa la forma en que usamos cualquier tipo de ideas para que nos den una ilusión de seguridad sobre la naturaleza de la realidad. Cualquier «ismo» —político, ecológico, filosófico o espiritual— puede usarse incorrectamente de este modo. El término de «políticamente correcto» es un buen ejemplo de cómo funciona este señor. Cuando creemos que nuestra opinión es la correcta, podemos volvernos muy intolerantes y estar predispuestos en contra de los errores de los demás.

Por ejemplo, ¿cómo reacciono cuando mis opiniones sobre el Gobierno son cuestionadas? ¿Cómo reacciono cuando los demás no están de acuerdo con mis ideas sobre la homosexualidad, los derechos de la mujer o el medio ambiente? ¿Qué ocurre cuando la opinión que tengo sobre fumar o beber es puesta en tela de juicio?

¿Qué es lo que hago cuando alguien no comparte mis convicciones religiosas?

Los nuevos practicantes suelen adoptar la meditación o las enseñanzas budistas con gran entusiasmo. Sentimos que formamos parte de un grupo nuevo, estamos contentos de tener una nueva perspectiva. Pero ¿juzgamos entonces a la gente que ve el mundo de distinta manera? ¿Nos cerramos a los demás porque no creen en el karma?

El problema no yace en las propias creencias, sino en cómo las usamos para experimentar la  sensación de tener  un suelo bajo nuestros pies, para creer  que tenemos razón y que el otro está equivocado, para evitar sentir la inquietud de no saber lo que nos está ocurriendo. Esto me recuerda a un individuo que conocí en los años sesenta cuya pasión era protestar contra las injusticias. Cuando parecía que un conflicto iba a resolverse, se sumía en una especie de pesimismo. Pero cuando surgía una nueva injusticia que defender, volvía a estar eufórico.

Jarvis Jay Masters es un amigo mío budista que ahora está en el pabellón de los condenados a muerte. En su libro Finding Freedom, explica qué sucede cuando nos dejamos seducir por el señor de las palabras.

Una noche mientras estaba sentado en la cama leyendo, su vecino Omar le gritó:

«Eh, Jarvis, pon el canal siete». Jarvis lo puso quitando el sonido. Al mirar las imágenes que aparecían en la pantalla vio una muchedumbre enfurecida agitando los brazos. Preguntó a su vecino: « ¿Eh, Omar, qué ocurre?». Y éste le contestó: «Es el Ku Klux Klan, Jarvis, están chillando y gritando que los negros y los judíos tienen la culpa de todo».

Unos minutos después Omar gritó: «Eh, mira lo que sale ahora por la tele». Jarvis miró la pantalla y vio a una multitud manifestándose que agitaba pancartas, mientras algunas personas eran detenidas por la policía. Dijo: «Sólo con verlos adivino que están enojados por algo. ¿Pero por qué gritan?». Omar le contestó:

«Jarvis, es una manifestación de ecologistas. Están pidiendo que cesen la tala de los bosques, las matanzas de las focas y todo lo demás. ¡Fíjate en esa mujer que protesta furiosamente con el micrófono y toda esa gente gritando!».

Al cabo de diez minutos Omar volvió a llamarle: « ¡Eh, Jarvis! ¿Aún estás mirando la tele? ¿Ves lo que sale ahora?». Jarvis levantó los ojos y esta vez vio a mucha gente trajeada con una expresión de estar furiosa por algo. Preguntó: « ¿Qué les ocurre a esos tipos?». Y Omar le respondió: «Jarvis, son el presidente y los senadores de Estados Unidos que se están peleando y discutiendo delante de las cámaras de la televisión nacional, cada uno intenta convencer al público de que el otro tiene la culpa de la terrible situación económica existente».

Jarvis respondió: «Bueno, Omar, de lo que sí estoy seguro es de que esta noche he aprendido algo interesante. Aunque vistan como el  Ku Klux Klan, como los ecologistas o con caros trajes, todas esas personas tienen la misma expresión furiosa en sus rostros».

Tener una convicción razonable sobre algo que creemos que es correcto, puede llevarnos a dejarnos atrapar por el señor de las palabras. Sin embargo, descubrir que nos indignamos al defender nuestra convicción es un signo de que sin duda hemos ido demasiado lejos y de que nuestra capacidad para cambiar está bloqueada. Las creencias y los ideales se han convertido en otra forma de levantar muros.

El tercer señor, el señor de la mente, es el que usa las estrategias más sutiles y seductoras. Entra en acción cuando intentamos evitar el desasosiego persiguiendo estados  mentales  especiales.  Con  este  objetivo  podemos  tomar  drogas,  hacer deporte,  enamorarnos  o  realizar  prácticas  espirituales.  Hay  muchas  formas  de obtener estados alterados de conciencia. Estos estados especiales son adictivos. Romper  con la  experiencia  mundana  nos  hace  sentir  de  maravilla,  y  entonces deseamos volver a hacerlo. Por ejemplo, los meditadores noveles suelen esperar que con la práctica puedan trascender el dolor de la vida ordinaria. A ellos les resulta decepcionante, como mínimo, que les digan que mantengan los pies en el suelo y permanezcan abiertos y receptivos tanto al aburrimiento como al gozo.

A veces la gente tiene experiencias asombrosas cuando menos se lo espera. Hace poco una abogada me contó que mientras esperaba en la esquina de una calle a que el semáforo se pusiera en verde, le ocurrió algo extraordinario. De pronto, su cuerpo se expandió volviéndose tan inmenso como el universo. Instintivamente sintió que ella y el universo eran una sola cosa. No dudó en absoluto de que aquello fuera cierto. Descubrió que había estado en un error al creerse separada de todo lo demás.

Huelga decir que la experiencia afectó a sus creencias e hizo que se planteara qué es lo que hacemos con nuestra vida, al dedicar tanto tiempo a intentar proteger la ilusión de nuestro territorio personal. Comprendió cómo esta situación conduce a las guerras y a la violencia que están aumentando por todo el planeta. El problema surgió cuando empezó a  apegarse a  su experiencia, a  desear  experimentarla de nuevo.  La  percepción  ordinaria  ya  no  la  satisfacía:  la  hacía  sentirse  mal  y desconectada. Creyó que si no podía mantener aquel estado alterado, moriría al cabo de poco tiempo.

En los años sesenta conocí a gente que tomaba LSD cada día creyendo que podrían estar colocados constantemente. En lugar de ello, acabaron con los sesos fritos. Conozco a hombres y mujeres que son adictos a enamorarse. Como Don Juan, no  pueden soportar  que  el  fuego  inicial  empiece  a  apagarse  y siempre  buscan establecer una nueva relación.

Aunque las experiencias más supremas nos muestren la verdad y nos enseñen lo que estamos intentando aprender, en esencia no son importantes si no podemos integrarlas en los altibajos de nuestra vida, si nos apegamos a ellas, se convertirán en un obstáculo. Confiamos en que nuestras experiencias son válidas, pero después hemos de seguir progresando y aprender a congeniar con nuestros vecinos. En tal caso, incluso la percepción interior más asombrosa empezará a impregnar nuestra vida.  Como  dijo  Milarepa, el  yogui  tibetano del  siglo XII, al  oír las supremas experiencias  que  tuvo  su discípulo Gampopa:  «No son buenas  ni  malas.  Sigue meditando». El problema no yace en los estados especiales en sí mismos, sino en su cualidad adictiva. Ya que es inevitable que aquello que sube ha de volver a bajar, cuando tomamos refugio en el señor de la mente estamos destinados a sufrir una decepción.

Cada uno de nosotros usa una variedad de tácticas habituales para evitar sentir la vida tal como es. Éste es, en pocas palabras, el mensaje de los tres señores del materialismo. Esta sencilla enseñanza constituye, por lo visto, la autobiografía de cualquiera. Cuando usamos estas estrategias, gozamos menos de la ternura y las maravillas que nos ofrecen los momentos más anodinos. Conectar con la bodichita es de lo más cotidiano.

Cuando  no  huimos  de  la  incertidumbre  de  la  vida  cotidiana,  entramos  en contacto con la bodichita. Es una fuerza natural que desea aflorar. En realidad, es incontenible. Una vez dejamos de bloquearla con las estrategias de nuestro ego, la refrescante agua de la bodichita empieza sin duda a fluir. Podemos hacer que mane más despacio o podemos contenerla; sin embargo, a la menor fisura, la bodichita acabará siempre apareciendo, como esas hierbas y flores que brotan en la acera en cuanto hay una grieta.

 

Del Libro Los Lugares que te Asustan-

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INTUICIÓN DEL CORAZON - Adam Oakley

Traducido desde...https://www.innerpeacenow.com

 

Esta es una técnica que descubrí de otra persona, y me ha facilitado mucho las decisiones en el pasado cuando no sabía qué hacer.

En pocas palabras: le planteas una pregunta a tu corazón. No tiene que ser el corazón físico en el lado izquierdo, sino su centro, dentro de la mitad de su pecho. Haga la pregunta en términos de "sí" o "no". Está buscando ver lo que su propia inteligencia considera sabio, en lugar de buscar cualquier tipo de respuesta o explicación elaborada...

Un ejemplo

Usemos un ejemplo. Quizás no estés  seguro de si ir a un evento o no. Probablemente tengas ideas contradictorias en tu cabeza. Una parte de ti no quiere, quizás se sienta como demasiado esfuerzo, demasiado lejos, quizás haya algo intimidante en ello. Otra parte de ti piensa que podría ser bueno ir; tal vez DEBERÍAS ir, dice.

En lugar de tratar de llegar a una conclusión en Tu cabeza, te tomas un momento para dejar de confiar en estos pensamientos para guiarte o decirte qué es lo mejor. La cabeza está claramente insegura en este momento, está demasiado llena de ideas y sugerencias y temores de tomar la decisión equivocada. En cambio, actúa como si tu corazón supiera en secreto y en silencio la respuesta todo el tiempo. Está activo y listo para dar la respuesta si simplemente lo sintonizas.

Pregúntale a tu corazón, como si estuvieras preguntando a tu centro: ¿debo ir a este evento? Todo lo que tienes que hacer a partir de ahí es sentir lo que envía tu corazón: qué tipo de reflejo o respuesta tienes en tu pecho.

Puedes sentir:

  una tensión/contracción o  una relajación y una sensación de alineación.

Si sientes una relajación, una sensación de “Sí”, una positividad, una sensación de bienestar, una alineación con todo lo demás, entonces la respuesta es sí.

Si sientes algún tipo de contracción, incertidumbre o incluso dolor, esta es una señal de que tu corazón está diciendo que no. Para que sea un sí, el sentimiento es claramente positivo. Sientes un cambio, una mayor sensación de bienestar o alineación, incluso por un momento. Si hay incertidumbre o algo menos que bueno, entonces parece que no se admite un  "Sí". Puede que no sea tan buena idea.

Una versión más amplia

Otra versión de esto podría ser aún más fácil para algunos de ustedes. Le preguntas clara y abiertamente al universo, a la naturaleza o a Dios: "¿Debería hacer esto?" Estate abierto a  una respuesta, no asumas que lo sabes, no asumas que tienes que resolver algo. Se abierto, escucha la respuesta. Si tienes una sensación de paz, una sensación de relajación, una sensación de que quiere inclinarse hacia adelante y relajarse en las cosas, esta es una buena señal de "sí". Si sientes rigidez,  incertidumbre, una incomodidad o una sensación de ser empujado o retenido, esta es una señal de “no”.

Para algunas personas en el mundo, estos enfoques pueden parecer una locura. Con suerte, para muchos de ustedes, o para todos, estas pueden ser introducciones efectivas en el mundo de la intuición. A menudo, las personas pueden preguntarse cómo volver a ponerse en contacto con la intuición, y estas son algunas formas excelentes de comenzar.

Sabiendo que no sabes...

La intuición se pierde cuando estamos demasiado en nuestras cabezas, demasiado confiando en nuestros propios egos y sentido de separación para liderar el camino. Terminamos viviendo aislados y, por lo tanto, no es muy inteligente. Estar abierto a una inteligencia más profunda, comenzará a ponerte de nuevo en contacto con la intuición.

Puede que no sea fácil al principio, especialmente cuando el corazón a menudo te dice lo contrario de lo que tu cabeza dice que es mejor. Puede que no quieras hacer algo, pero el corazón dice “¡Sí! ¡Simplemente hazlo!" Si aprendes a confiar en él, aunque sea un poco al principio, con cosas pequeñas, verás cómo tu corazón parece tener las respuestas a las que tu cabeza simplemente no puede acceder. El corazón parece conocer atajos en el universo sobre lo que es lo mejor a largo plazo, pero no está tan interesado en explicarte  la ruta. ¿Por qué debería hacerlo? Las explicaciones son inútiles y una pérdida de energía. Es como pedirle a un árbol que explique cómo crece con tanta fuerza. No es necesario explicarlo. Solo lo hace. Que  es la evidencia misma.

Así que empieza poco a poco, si quieres. O utilízalo para decisiones "más importantes" en las que te sientas perdido. En todo caso, los enfoques mencionados anteriormente pueden actuar como ayudas y luego convertirse en una nueva forma de operar.

Vuelve a conectarte. Eres parte de la gran inteligencia.

Adam Oakley

https://www.innerpeacenow.com/inner-peace-blog/how-to-make-intuitive-decisions

 

¿Qué es la paz interior? (12 caminos hacia la liberación del sufrimiento) - Aletheia Luna

Traducido con Amor desde...https://lonerwolf.com

 

Tener un ataque de nervios fue una de las mejores cosas que me pasó.

Antes de llegar al final absoluto de mi umbral de estrés, nunca pensé que era posible encontrar la paz interior, especialmente para una persona muy sensible y propensa a la ansiedad. La paz era un concepto completamente extraño para mí.

Pero después de pasar por múltiples instancias de colapso mental, finalmente aprendí qué es la paz interior. Y no es lo que esperaba.

La paz interior es el deseo secreto de todos.

Pero, ¿qué es realmente? ¿Y cómo la 'encontramos' o 'logramos'?

¿Qué es la paz interior?

La paz interior es lo que sentimos cuando nuestro cuerpo, mente, corazón y alma están en reposo. En lugar de esforzarnos por controlarnos o resistirnos a nosotros mismos y a los demás, sentimos una profunda aceptación, perdón, amor y compasión. La paz interior es sinónimo de estar en contacto con nuestra verdadera naturaleza Y sobre todo, la paz interior solo puede ocurrir y siempre en el momento presente (que es todo lo que realmente tenemos).

La clave para encontrar la paz interior

En pocas palabras, la paz interior es el subproducto de dejar ir y entregarse.

No se trata de perseguir, esforzarse y tratar de "ganarse" la tranquilidad. No puedes. Tratar de "luchar" por la paz interior es contradictorio y sin sentido: simplemente profundiza nuestro sufrimiento.

En cambio, encontrar la paz interior consiste en renunciar a nuestra necesidad de controlar y luchar. Básicamente, se podría decir que se trata de entregarse, pero no de una manera que nos debilite. Más bien, es una forma de rendición  que se basa en una comprensión más profunda de que la vida está orquestando perfectamente todo lo que estamos experimentando para nuestro crecimiento y expansión. Entonces, ¿por qué la necesidad de resistir constantemente todo?

“¿Pero no significa esto que me convertiré en un presa fácil o un felpudo del que la gente puede abusar? Te preguntarás. No. Vivir la vida desde un lugar en el que se deja ir y se entrega no se trata de dejar que nos utilicen o abusen de nosotros. Todavía tenemos que la práctica del autocuidado, la autoestima y el amor propio. Esto puede significar establecer límites, decir no y alejarnos de situaciones dañinas. Pero también significa renunciar a nuestro resentimiento, culpa y odio hacia los demás. ¿Ves la diferencia? La vida se trata de equilibrio.

Probemos con un ejercicio simple que te ayudará a comprender visceralmente cómo es la paz interior:

Siéntate en un lugar tranquilo. Luego, tensa todo el cuerpo. Imagínate que está siendo aplastado en una bola apretada. Sostén eso durante 30 segundos. Conviértete en lo más contraído posible. Ponte muy rígido e incómodo. Luego, suelte. ¿Puedes sentir lo espacioso que es tu cuerpo ahora? Así es la paz interior, excepto que se  irradia de adentro hacia afuera.

12 formas de encontrar la paz interior

Como sabemos ahora, la paz interior es un movimiento de apertura, entrega y liberación.

Pero, ¿qué dejamos ir exactamente?

Como siempre, primero miremos dentro de nosotros mismos y veamos todas las formas de conflicto interno que cargamos. Esta puede ser una práctica dolorosa y desafiante de manejar para nuestro ego , pero es profundamente importante.

Aquí se resumen doce formas de encontrar la paz interior:

1-Se consciente de tu exigencia de superación personal

2-Deja de esperar que la vida y las personas sean diferentes

3-Libera rencores y resentimientos

4-Siéntate con tus emociones (y abrázalas)

5-Deja de perderte en el pasado o en el futuro

6-Se consciente de tu obsesiva necesidad de controlar

7-Acepta ser desagradable

8-Deja de jugar al mártir o víctima

9-Perdónate a ti mismo (y por tanto a los demás)

10-No necesitas ser "perfecto"

11-Libera la necesidad de tener razón

12-Deja de vivir en el pasado (o el futuro)

Lo explicaré a continuación:

1-Se consciente de tu exigencia de superación personal

La búsqueda espiritual en sí misma puede ser contraproducente. El deseo de mejorar, arreglar y curarnos constantemente puede (¡muy rápidamente!) Convertirse en una especie de cinta de correr que nos atrapa. No hay nada de malo en buscar el crecimiento y el cambio. Pero sabe que en un nivel básico, ya estás CompletoTu mente puede estar fragmentada, sí, pero tu esencia ya es Total y Completa. Comprender esto puede ahorrarte mucho estrés y agotamiento, lo que te impide saborear la paz que ya existe en tu interior.

Entonces, en este contexto, lee el resto de este artículo con la mente y el corazón ligeros. Todo sucederá cuando sea necesario. Los siguientes consejos son simplemente sugerencias que puedes decidir explorar y profundizar. Sin estrés, sin prisas.

Entonces, con esa advertencia, pasemos a la siguiente contracción mental que te priva de la paz:

2-Deja de esperar que la vida y las personas sean diferentes

Esta es la realidad: puede esperar, esperar, esperar y esperar... pero ¿qué sucede al final del día? Te sientes agotado, resentido, amargado, estresado y sin esperanza. ¡Qué pérdida de tiempo, energía y esfuerzo! Gran parte de nuestra infelicidad proviene de las expectativas. Y, por lo general, nuestras expectativas son totalmente inconscientes, es decir, no somos conscientes de que exigimos tanto a los demás y a la vida misma. ¿Por qué las expectativas son onerosas? Las expectativas no cambian nada en absoluto. ¿Puedes cambiar a otras personas? No. Y así es la vida. La gente solo cambia cuando así  lo  decide. Comprender esto es el comienzo de la paz interior.

Reflexión:

¿Preferirías resistirte a la verdad de este momento presente o preferirías convertirte en un abrazador de la realidadTrata de identificar las expectativas elevadas y poco realistas que tienes para otras personas. Aquí hay algunos ejemplos, “Mi esposo debería ser más ordenado”, “Mi jefe debería preocuparse más por mis sentimientos”, “Mi amigo no debería ser tan ruidoso; Ojalá pudiera ser diferente "," ¡Ese conductor debería aprender a conducir correctamente! " etc. Observa la prevalencia de la palabra "debería" aquí. ¿Qué hacer en su lugar? Deja que la gente sea lo que es, entendiendo que cuando sea el momento adecuado, cambiarán (o no). En última instancia, no es su tarea forzar el cambio dentro de ellos (porque no puedes).

3-Libera rencores y resentimientos

Rencor + resentimientos = justicia propia... y seamos sinceros, sentirte indignado con justicia es extremadamente adictivo de una manera tóxica. Cuando guardamos obsesivamente las malas acciones de los demás, esencialmente nos estamos diciendo a nosotros mismos: "Tengo derecho a perpetuar mi propia miseria". Pero en tu lecho de muerte, ¿realmente te importará quién tiene razón y quién no? Aferrarse a los rencores no solo es infantil, sino que también se dedica mal el tiempo a concentrarte en los detalles de la vida.

Reflexión:

Las visualizaciones y los rituales  pueden ayudarlo a dejar atrás el dolor del pasado y comenzar un nuevo capítulo en la vida. Por ejemplo, es posible que desees escribir en una hoja de papel lo que alguien te hizo. Una vez que hayas terminado, quema ese pedazo de papel hasta que se convierta en cenizas. Este es un ritual poderoso que puede ayudar a simbolizar el "dejar ir". Alternativamente, es posible que desees concentrarte en cultivar el perdón enfocándote primero en cómo perdonarte a ti mismo .

4-Siéntate con tus emociones (y abrázalas)

A ninguno de nosotros le gusta sentir emociones incómodas, por lo que es muy común que las reprimas, resistas o evites. Desafortunadamente, esto crea una represión emocional que bloquea la paz interior. Aquí está la cuestión: ocultar tus sentimientos no es lo mismo que lidiar con ellos. El hecho de que tus sentimientos desaparezcan temporalmente no significa que se hayan ido por completo. De hecho, cuanto más los reprimes, más crecen. Y cuanto más grandes se vuelven estas emociones, más se siente una falta extrema de paz interior.

Reflexión:

Elije dejar que tus emociones surjan con suavidad y compasión sin resistencia ni juicio. Comprende que no eres tú, eres el espacio que los experimenta. Si vienen los juicios, que surjan y se desvanezcan. Si bien al principio puede ser muy difícil permitirse sentir sus emociones, a la larga lo agradecerás sinceramente. (Nota: recuerda buscar un lugar tranquilo para hacer esto y respira profundamente).

5-Deja de perderte en el pasado o en el futuro

La realidad es que el pasado y el futuro no existen en este momento presente; todo lo que existe ahora es AHORA. Si bien esto tiene sentido para la mayoría de las personas, la mayoría de nosotros no lo tomamos en serio. Al perdernos en remordimientos pasados ​​o miedos futuros, perdemos completamente el contacto con el momento presente fundamentado. Inevitablemente esto = dolor de corazón, tensión y sobrecarga es… ¡de lo que están hechos los ataques de nervios!

Reflexión:

Utiliza tus emociones como disparadores de  atención plena. Alternativamente, usa las sensaciones incómodas en tu cuerpo como llamadas de atención para conectarte a tierra. ¿Tu corazón se acelera? Tómalo como una señal de que se está adentrando en el mundo de su mente. Utiliza  técnicas de conexión  a tierra para regresar asentarte. Esto te ayudará a reconectarte con un sentimiento de paz interior.

6-Sea consciente de su obsesiva necesidad de controlar

Como ex 'fanática del control', sé lo mucho que apesta estar constantemente en un estado agotado y cableado. Si tienes la obsesiva necesidad de controlar todo, serás un planificador maestro que intentará predecir y obligar a cada situación a que sea lo que quieres o sientes que puedes manejar. Por supuesto, esto equivale a enormes cargas de estrés y ansiedad, la antítesis de la paz interior.

Reflexión: 

El control es producto del miedo, de la desconfianza hacia uno mismo y su capacidad para manejar lo que la vida te depare. Una vez que veas la resistencia y la fuerza innatas de tu espíritu, comenzarás a confiar en ti mismo y, por lo tanto, te abrirás a la vida. La necesidad obsesiva de controlar también está íntimamente ligada a ser perfeccionista. Aprender a amarse a ti mismo es un poderoso antídoto para el perfeccionismo.

7-Acepta ser desagradable

La paz interior comienza en el momento en que elige no permitir que otra persona o evento controle tus emociones.

- Pema Chodron

Querer agradar a todo el mundo es un gran problema en nuestra sociedad. En un mundo donde se nos enseña a ganar nuestra autoestima a partir de logros externos y lo populares que somos, es casi inevitable que casi todos caigamos en esta trampa. Dejamos que nuestro miedo a lo que piensen los demás controle nuestras vidas. Los pensamientos percibidos por los demás se convierten en nuestras celdas de prisión.   Tenemos una base tan pobre de autoestima y amor que casi siempre la buscamos en fuentes externas a nosotros mismos. Cuando anulamos nuestro yo auténtico para ser más agradables y aceptables, regalamos nuestro poder personal.

Reflexión:

Aprenda a aceptar ser inaceptable para los demás. Aprenda a abrazar lo peor: ser desagradable. Esto no significa ser un idiota, pero sí significa aprender a honrar tus necesidades y deseos. Imagínate lo peor que podría suceder si no le agradas a alguien, por ejemplo, "Mis conversaciones con ellos pueden ser incómodas, pueden chismear sobre mí...", etc. Me arriesgaría a adivinar para decir que sí, ¡puedes! Aprender a practicar la autocompasión es una forma poderosa de ver a través de la falacia de querer agradar a todos. Todo comienza con compasión.

8-Deja de jugar al mártir o víctima

Adoptar el papel de mártir o víctima en cualquier circunstancia es un acto de autosabotaje a nivel inconsciente. ¿Qué es una víctima? Una víctima es alguien que cree que no tiene poder personal y que es una víctima del destino. Se definen por la autocompasión. ¿Qué es un mártir? Un mártir es una persona que se sacrifica innecesariamente por otros, utilizando esto como una forma de manipulación. Están definidos por el autosacrificio. Ambos roles mantienen el caos y el estrés, lo opuesto a la paz interior.

Reflexión:

Piensa en las creencias que tienes sobreti, los demás y la vida. Las víctimas y los mártires son sostenidos por un aluvión de creencias poco realistas, ilógicas y dañinas como, "No puedo cambiar mi destino", "La humanidad siempre es egoísta", "La vida está en mi contra", "Mi autoestima viene de cuánto doy ”, etc. 

9-Perdónate a ti mismo (y por tanto a los demás)

Negarte a perdonarte por cualquier error, desorden, fracaso percibido, defecto o deficiencia del pasado es a menudo producto de una baja autoestima. Y cuando vamos a las raíces de esta baja autoestima, a menudo encontramos creencias centrales tóxicas que nos dicen que somos “innatamente malos”, “no lo suficientemente buenos”, etc. Lamentablemente, la falta de perdón a uno mismo significa que es más probable que te aferre al resentimiento y la amargura hacia los demás. ¿Por qué? Cuando no sabemos cómo perdonarnos a nosotros mismos, no sabemos cómo perdonar a los demás. ¿Cómo puedes dar a otros de una taza vacía?

Reflexión:

Aprende a convertirte en tu mejor amigo. Empieza el viaje de aprender a practicar el cuidado y el amor propio. Estás contigo mismo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, así que recuerda lo importante que es tratarte con amabilidad. También se beneficiará de examinar de cerca tus creencias fundamentales si la falta de perdón a ti mismo es un problema para ti.

10-No necesitas ser "perfecto"

El perfeccionismo promueve el estrés crónico y el agotamiento. He pasado gran parte de mi vida queriendo hacer todo a la perfección, decir todo perfectamente y, en esencia, ser la persona perfecta. ¡Qué pérdida de tiempo! Intelectualmente sabemos que nadie puede ser perfecto, pero de alguna manera todavía tendemos a quedarnos atrapados en este tipo de ciclos negativos, generalmente de manera inconsciente. Si nunca estás del todo contento con lo que haces o con lo que eres, es probable que seas un perfeccionista. Recuerda que realmente no existe la perfección en la vida, ya que la vida se trata de crecimiento y cambio. La perfección, por otro lado, es un estado inmutable, un estado de muerte, un estado que no es posible lograr en la vida.

Reflexión:

Comprende que no existe la perfección, es totalmente mitológico, falso y poco realista. Está bien ser imperfecto. Está bien tener defectos. De hecho, aceptar tus defectos a través de una práctica como el trabajo con la sombra te hará más atractivo para los demás. La gente se siente atraída por la vulnerabilidad. Lo más importante es que aceptar tu imperfección te ayudará a sentir más paz interior.

11-Libera la necesidad de tener razón

Crecí en una familia religiosa que siempre sintió la necesidad de proteger su sentido de estar "en lo correcto", hasta el punto de discutir constantemente y debatir cruelmente entre ellos y otras personas de diferentes perspectivas. No pasó mucho tiempo antes de que también adoptara el hábito (y desde entonces he trabajado duro para liberarlo).

Es absolutamente agotador tratar de proteger tu necesidad de sentirte “correcto” y superior a los demás. Aceptar la posibilidad de que estés equivocado genera una mentalidad abierta, empatía, humildad y paz interior. No siempre tenemos la razón, y eso está bien.

Reflexión:

Comprende que puedes aprender y crecer si aceptas que estás equivocado. Negarte a equivocarse conduce a un tipo de estancamiento interior, una forma de muerte interior en la que estás firme y obstinadamente bloqueado en una posición. Eso me suena como un cadáver congelado. La naturaleza de la vida es cambio y transformación. Sí, estar equivocado es un aguijón para el ego, pero eso es mucho mejor que permanecer en una posición egoísta y sin salida de la rectitud que roba tu paz interior. Si tienes dificultades para liberar la necesidad de tener razón, siempre puede probar una práctica como las afirmaciones matutinas.. Las afirmaciones ayudan a reprogramar los hábitos inconscientes. Decir una afirmación como, "Está bien estar equivocado", "Acepto el dolor de aprender y crecer" o "Acepto la humildad innata dentro de mí" te ayudará a abrirte a nuevas perspectivas.

12Deja de vivir en el pasado (o el futuro)

Hay muchas razones por las que elegimos vivir en el pasado o en el futuro, pero todas son inútiles. Vivir en el pasado es vivir en la muerte porque vivimos en lo que fue más que en lo que es, ahora mismo. Cuanto más estemos atrapados en el pasado, menos podremos vivir nuestras vidas al máximo en el presente. Lo mismo se aplica al futuro:  aún no ha sucedido.  Deja de retrasar tu alegría y paz interior por algún momento fantástico o situación idealista en el futuro que probablemente nunca sucederá.

Quizás el mayor peligro de vivir en el pasado o el futuro es que nunca te sientes realmente vivo en el momento presente (que es el único momento). No puedes sentirte agradecido por lo que ya tienes. No puedes absorber la magia y la belleza que te rodean. No solo es trágico, sino que es una gran razón por la que muchos de nosotros carecemos de paz interior.

Reflexión:

Practica la gratitud o encuentra alegría en lo que ya tienes, ahora mismo.  Aprende algunas prácticas de atención plena , que es un camino hacia la conciencia del momento presente.

Otras formas de experimentar la paz interior

Ahora que hemos explorado las principales mentalidades y hábitos internos que crean sufrimiento, aquí hay algunas otras prácticas simples de paz interior que puedes explorar:

1-Pasa tiempo a menudo en la naturaleza : esta es una forma poderosa de conectarte con tu fuente interior de paz y tranquilidad.

2-Haz espacio para la soledad: pasar tiempo solo te ayuda a reorientarte hacia la serenidad innata de tu corazón y tu alma.

3-Adopta el esencialismo y el minimalismo : simplifica tu vida y tus compromisos y prioriza tu paz interior (el mundo externo influye en stu mundo interno y viceversa)

4-Medita todos los días, incluso si no eres "un buen meditador", date cuenta de que hay muchas formas de meditación que puedes probar, desde mantras y visualización, hasta baile y vipassana.

Obviamente, hay muchos caminos para invitar a una mayor paz interior a su vida, pero estos son los esenciales. 

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Recuerda que  tu núcleo  es la quietud y la paz interior que buscas.

La liberación no se trata de buscar y buscar: se trata de dejar ir. Se trata de conectarse con lo que ya está y siempre aquí debajo de la turbulencia de la mente. Cuanto más consciente seas de las contracciones de tu mente y los patrones condicionados, más liberado estarás de morar en el Océano de tu Ser, en lugar de simplemente quedar atrapado en las olas.

 

Sobre Aletheia Luna

Aletheia Luna es una influyente escritora espiritual cuyo trabajo ha tocado las vidas de millones de personas en todo el mundo. Después de escapar del culto religioso en el que se crió, Luna experimentó una profunda crisis existencial que la llevó a su despertar espiritual. Como consejera espiritual y autora, la misión de Luna es ayudar a otros a encontrar amor, fuerza y ​​luz interior incluso en los lugares más oscuros.

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