Es necesario hacer silencios en la mente y en las emociones para contemplar
y experimentar directamente la vida.
Entender es intelectualizar, teorizar; comprender
es experimentar la Unidad.
Consuelo Martín nos ayuda a comprender los planos y caminos que pueden
conducirnos a experimentar la Unidad.
¿Qué tienen
en común la filosofía y la meditación?
Meditación es un
término que se aplica a muchas prácticas mentales diferentes, algunas muy
superficiales. La meditación a la que acostumbro a llamar “contemplación”, para
evitar esa ambigüedad, consiste en profundizar en la mente y en el corazón.
La dirección ha de ser clara: hacia lo Real, más allá de las apariencias. Si no
se hace una investigación filosófica sobre esa diferencia, no es posible tomar
la dirección correcta. Por eso, ambas cosas, investigación y contemplación, han
de ir juntas. En los dos casos se ha de traspasar la zona del pensamiento
mecánico.
¿Qué tiene de
malo el pensamiento?
No es malo ni bueno,
simplemente es un instrumento psicofísico mecánico, no creativo, que, habitual
e inconscientemente, se identifica con la propia identidad. En esa
identificación está el problema.
El
pensamiento nos puede ofrecer soluciones en los conflictos, tranquilidad,
felicidad incluso ¿O no es así?
La visión de la Verdad
es lo único que ofrece eso. Por no haber observado el funcionamiento de la
mente se puede confundir una intuición o visión verdadera con el pensamiento
que la formula.
¿Qué nos
aporta el silencio (la meditación, la contemplación) que no puede aportarnos el
pensamiento?
Es necesario hacer
silencio en los pensamientos y en las emociones que ocasionan para poder
observar el funcionamiento de la mente. Al hacerlo, y no antes, se
descubre que la realidad no es lo que parecía mientras estábamos identificados
con los pensamientos, es decir, con las sensaciones interpretadas, con teorías
o doctrinas acumuladas en la memoria y luego repetidas de mente en mente.
¿Qué
significa que en el silencio están todas las respuestas?
El silencio da entrada
a una visión directa de la Realidad. Desde él se percibe ya la brisa de algo
verdadero; y se descubre allí también algo de la plenitud del Ser a distintos
niveles de percepción.
¿De dónde
surge la paz mental, la felicidad?
La paz y felicidad que
anhelamos están en lo profundo de nosotros mismos y únicamente desde allí la
recibe la persona. Creemos que la persona la obtiene desde fuera y la buscamos
inútilmente en experiencias exteriores. Ese es un error de graves
consecuencias. Nos falta lucidez.
¿En qué consiste vivir con lucidez?
Atravesadas las zonas
condicionadas por creencias y emociones de todas clases, la Luz de la
conciencia que eres se manifiesta en un vivir sereno, armonioso y creativo. La
claridad de la conciencia ilumina nuestra vida. Esto quiere decir que lo que
vivimos es siempre expresión del lugar interno de la conciencia en que nos
encontramos.
¿Cómo me
puede ayudar la contemplación a vivir con lucidez?
Contemplar es
profundizar más y más en la conciencia. Al hacerlo, veo todo más claro y, por
consiguiente, me muevo de manera más inteligente y armoniosa. Al hacerlo, lo
descubriré. Pensar sobre ello, mantenerlo en la memoria como una teoría más, no
servirá de nada.
¿De qué
hablamos cuando hablamos de contemplación?
Nos estamos refiriendo
aquí a una nueva manera de colocar la mente mirando hacia el origen de la Luz.
Esto no es un ejercicio que se aprende por repetición y se hace para conseguir
algo ajeno al meditar mismo, pues el mismo deseo de conseguir algo obstaculiza
esa colocación mental. La contemplación se realiza por amor a la Verdad, a la
Libertad, a la Belleza o al Amor mismo.
Dada nuestra
cultura occidental, con tendencia a la actividad y hasta a la hiperactividad,
¿resulta factible o puede resultar contraproducente forzarnos a la quietud de
la contemplación?
No puede tratarse de
forzar nada en la contemplación. Sin la verdadera vocación por contemplar no
tiene sentido intentarlo pues la intención sería falsa y los resultados
engañosos. Antes de contemplar, o meditar, ha de darse en la persona un
“des-engaño” por buscar la felicidad y realización en lo externo, en las
apariencias. Y aquí, volvemos a la necesidad de la reflexión e investigación
filosófica vivencial.
¿Qué le
aporta la contemplación a nuestra vida?
No se medita para
conseguir mejores cosas o situaciones en la vida. Se hace, en realidad, cuando
hay un anhelo intenso por descubrir la vida verdadera. Si ese anhelo está
tapado con evasiones, no se emprenderá un camino contemplativo hasta haberlo
puesto al descubierto. Intentarlo por mera curiosidad no llevará a ninguna
parte. Las vicisitudes de la vida pueden parecer que van abriendo paso a esa sincera
necesidad, pero no sucede así necesariamente.
¿Qué le
aporta la belleza a nuestra vida? ¿Dónde buscarla?
Si lo que anhelamos es
la Belleza verdadera hemos de ir a buscarla donde se encuentra, en el origen de
nuestro anhelo. Eso requiere silencio de emociones y deseos. Contemplar la
Belleza traerá belleza a nuestra vida.
¿Qué le
aporta el silencio a nuestra vida? ¿Cómo conseguir situaciones de
silencio?
El silencio está siempre detrás del ruido de
los pensamientos y emociones, detrás de la distracción con las sensaciones y
actividades. El silencio está siempre ahí. Habría que hacer una parada del
aturdimiento y volvernos a nuestro interior. ¿Cómo conseguir el silencio? Mejor
tendríamos que preguntarnos como conseguimos ahogar con nuestras distracciones
la bella melodía del silencio. En contacto con la naturaleza es más fácil
percibir esa bella melodía.
En un
reportaje, en una revista dominical, se contaba que en algunos retiros de
aislamiento y silencio un importante porcentaje de gente “huye” el segundo día,
¿por qué? ¿Qué transmite el silencio que puede producir esta sensación de
pánico y huida hacia la actividad y el ruido?
Si eso es así, tal
como dices -pues nunca lo he comprobado en mi trabajo-, debe haber un error en
la oferta y en la demanda de esos “retiros”. La comprensión y el desengaño de
lo falso tienen que ir, repito, a la par de la meditación y el silencio. Forzar
disciplinas o ejercicios sin la comprensión necesaria no tiene sentido.
¿Cómo nos
conduce el silencio al autoconocimiento y la paz mental?
El silencio no es
utilizable para nada. Aquello que es nuevo y creativo en cada instante no se
puede manipular. La paz y el autoconocimiento brotan de la mirada serena de una
mente silenciosa. Sin embargo, la actitud de querer conseguir algo impide esa
mirada límpida.
¿Qué le
aporta el sufrimiento a nuestra vida? ¿Cómo utilizarlo para el crecimiento
personal?
El sufrimiento, no el
físico sino el psicológico, sobreviene por no comprender la vida. Y mientras no
haya comprensión, el sufrimiento no aportará nada positivo. Si al sufrir
comprendo que he tomado un camino equivocado en mi interior, entonces lo vivido
es un aprender.
¿A qué se
refiere cuando habla de la “unidad”, de que “no hay separación”? ¿Qué le aporta
esa experiencia a nuestra vida?
Al hablar de la unidad
hago referencia a la Conciencia única. Es el origen de todo, lo Real tras las
apariencias sensoriales, emocionales y mentales que sí son múltiples. Al intuir
la unidad a pesar de las experiencias psicofísicas de separación descubro el
Amor, la Belleza y la Libertad incondicionados.
La investigación versus la obediencia.
Obedecer significa
decir: “No investigo más”, me dejo llevar por otro, sigo algo sin haberlo
visto”. Esto, es obvio, no puede ser el camino de la verdad. Vamos a ponernos
en el extremo: ¿Y si obedecemos a una persona con sabiduría? El hecho de
obedecer es funesto; ni tan siquiera a una persona sabia debemos obedecer.
Podemos estar con ella o mirar desde donde ella mira. Pero no hay que seguir a
ningún maestro o maestra cualificada de cualquier religión, ni tan siquiera a
Buda o a una persona tan libre como Krishnamurti. No hay que seguir a nadie,
porque obedecer es ya el obstáculo. De hecho, ninguna persona con sabiduría
incitaría a nadie a que le obedeciese, y si alguien lo hace, es un síntoma
claro de que no es sabio.
Sobre el amor.
Sin sabiduría no hay
verdadero amor. Sin sabiduría, el amor que existe es el amor convencional, con
apegos: amo lo mío, lo que me gusta, lo que me apoya, etc. O también el amor
biológico, que me produce una satisfacción física. O el amor afectivo, con
dependencias psicológicas. O el amor mental: mis ideas, mis opiniones, etc.
Pero no el amor que viene de la comprensión de la unidad.
Comprender versus entender.
Has de distinguir muy
bien lo que significa comprender para no confundirte creyendo que estás
comprendiendo cuando solamente entiendes cosas. Entender cosas es descifrar
símbolos: descifras símbolos del lenguaje o descifras símbolos matemáticos,
símbolos técnicos u otros. Entonces entiendes. También hay a quien le interesa
descifrar símbolos religiosos. Entonces entiende de eso, de descifrar símbolos.
Pero eso no es comprensión; comprender es integrar cada una y todas las cosas
en una totalidad.
Entender es
intelectualizar, teorizar; comprender es experimentar la Unidad.
Comprender para amar.
No es posible
comprender (experimentar) cuando estás entretenido con tus pensamientos y sus
emociones: “¿Por qué me pasa esto a mí?” “Qué haré en tal situación?” “Tengo
que conseguir esto” “Tengo que convencer a esta persona para que haga esto otro”
... De esa manera, con todas esas preocupaciones e inquietudes, no es posible
comprender. Y si no comprendes no amas. Por tanto, no es posible el amor.
Otras frases de Consuelo Martín:
Hay sabiduría
cuando podemos ver el paso del tiempo serenamente, cuando podemos verlo tal y
como es.
El pensamiento, en
sí mismo, no tiene por qué crear ninguna emoción. Eso sólo sucede cuando un
pensamiento se convierte en creencia.
Cuando hablamos de
silencio nos referimos al silencio de lo sensorial, de las emociones, del
pensamiento. Sólo en ese silencio es posible despertar a lo real. Después de
que hayamos despertado y aprendido a vivir en silencio, podremos vivir lo real
despiertos, lúcidos, incluso con pensamientos y emociones.
De sus investigaciones sobre “ser consciente en la
vida”.
- He visto que todos los problemas que
aparecen fuera, en mi vida, se ocasionan por los nudos psicológicos que
llevo dentro; que, si no deshago los nudos, no va a desaparecer el
problema.
- ¿Qué hago queriendo cambiar la situación,
a las personas, a mí misma?
- ¿Cómo me entretengo con el sueño cuando ya
he visto que es sólo un sueño?
Cómo es que no me dedico únicamente a estar más despierta? Es fuerte la hipnosis. He debido tomar una droga muy fuerte.
Y la única salida de ello es contemplar y contemplar y contemplar.
Y en este camino, la paciencia tiene que ser infinita. - No hay inteligencia cuando tomo en cuenta
los pensamientos, cualesquiera que sean. En el pensar no está la Unidad.
- Los deseos, cuando vienen del pensamiento,
no hacen más que ofuscarnos más y más.
- También cuando deseo se está manifestando
la voluntad divina.
- ¿En qué consiste exactamente eso del
deseo?
Algo me falta y tengo que conseguirlo por encima de todo.
Quizás eso que me falta no es lo que creo que me falta.
Lo que me falta es ser lo que soy, saber lo que soy, que es pleno. - Cuando voy detrás de mis deseos (lo que
creo que deseo) estoy añadiendo cosas ilusorias a un paisaje ilusorio.
Si anhelo la plenitud, ¿no será que ya soy eso que anhelo? ¿No será que me he alejado de mi verdadero ser, de mi plenitud? - Los deseos pueden ser una pista de qué
aspectos de mi verdadero ser está clamando ser reconocido.
Si es el amor, la mayoría de mis deseos serán de tipo afectivo.
Por qué no me quedo quieta (en vez de salir a buscar) y contemplo ese amor que está empujando?
Lo tangible es lo más irreal: aparece y desaparece.
Cuando contemplo el Amor soy el Amor. - Observa el deseo y quita el veneno del
deseo, la compulsión, lo que te arrastra, la dependencia.
- Nada deshace la ilusión excepto darme
cuenta de ello.
La autora.
Consuelo Martín es
doctora en Filosofía, especialista en filosofía vedanta advaita (de la India) y
directora de “Viveka”, revista de meditación. Dirige retiros y seminarios de
meditación contemplativa. Es autora de “La vida como inspiración” (Obelisco),
“La revolución del silencio” (Gaia) y “La libertad y el amor” (Obelisco), entre
otros.
GRACIASSS Querida Tahita!!!! Sabio texto...Infinitas Bendiciones!!!!
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