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Uso de técnicas de autoayuda para lidiar con el estrés
Puede parecer que no hay nada que puedas hacer sobre el
estrés. Las cuentas no dejan de venir, nunca habrá más horas en el día, y tus
responsabilidades laborales y familiares siempre serán muy exigentes. Pero
tienes mucho más por hacer de lo que p arece. De hecho, la simple constatación
de que puedes hacerte cargo de tu vida es el fundamento de la gestión del
estrés. El manejo del estrés se trata de tomar la responsabilidad: de tu estilo
de vida, los pensamientos, las emociones y la forma de tratar con los
problemas. No importa qué tan estresante tu vida parezca, hay pasos que puedes
tomar para aliviar la presión y recuperar el control.
¿Por qué es tan importante manejar el estrés?
Si estás viviendo con altos niveles de estrés, estás
poniendo todo tu bienestar en riesgo. El estrés causa estragos en el equilibrio
emocional, así como la salud física. Se estrecha la capacidad de pensar
con claridad, funcionar de manera eficaz, y disfrutar de la vida.
La gestión eficaz del estrés, por el contrario, te ayuda a
romper la tensión de retención tienes en tu vida, por lo que puedes ser más
feliz, más saludable y más productivo. El objetivo final es una vida
equilibrada, con el tiempo de trabajo, las relaciones, la relajación y la
diversión y dejar de aguantar bajo presión el cumplir desafíos. Sin
embargo, el manejo del estrés no es igual para todos. Es por eso que es
importante experimentar y averiguar lo que funciona mejor para cada quien. Los
siguientes consejos de manejo del estrés pueden ayudarte a hacer eso.
Consejo 1: Identificar las fuentes de estrés en tu vida
El manejo del estrés comienza con la identificación de las
fuentes de estrés en tu vida. Esto no es tan sencillo como parece. Mientras que
es fácil identificar los factores de estrés importantes como el cambio de
puestos de trabajo, mudanza, o un proceso de divorcio, la localización de las
fuentes de estrés crónico puede ser más complicada. Es muy fácil pasar por alto
cómo tus propios pensamientos, sentimientos y comportamientos contribuyen a los
niveles de estrés diario. Claro, puedes saber que estás constantemente
preocupado por los plazos de trabajo, pero tal vez es tu dilación, en lugar de
las demandas reales de empleo, lo que está causando el estrés.
Para identificar tus verdaderas fuentes de estrés, observa de cerca tus hábitos, actitudes y excusas:
¿Cómo explicas el estrés como algo temporal (“Sólo es que
tengo un millón de cosas sucediendo ahora”) a pesar de que no puedes recordar
la última vez que te tomaste un respiro?
¿Cómo defines el estrés? ¿ Como una parte integral de tu
vida laboral o familiar ( “Las cosas son siempre una locura aquí”) o como una
parte de tu personalidad ( “Soy muy nervioso, eso es todo”)?
¿Culpas de tu presión a otras personas o eventos externos?
Hasta que no aceptas la responsabilidad por el papel
que juegas en la creación o el mantenimiento de él, tu nivel de estrés
permanecerá fuera de control.
Comienza un diario de estrés
Un diario del estrés puede ayudar a identificar los factores
de estrés regulares en tu vida y la forma de tratar con ellos. Cada vez que te
sientas estresado, no dejes de anotarlo en tu diario. Y cuando mantengas
un registro diario, comenzarás a ver los patrones y temas comunes. Anota:
¿Qué causó el estrés (adivina si no estás seguro)?
¿Cómo te sentiste, tanto física como emocionalmente?
¿Cómo respondiste?
¿Qué hiciste para sentirte mejor?
Consejo 2: Practica las 4 A… Evitar (Avoid en inglés), alterar, adaptar y Aceptar
Mientras que el estrés es una respuesta automática de tu
sistema nervioso, surgen algunos factores de estrés en momentos predecibles: el
viaje al trabajo, una reunión con tu jefe, o reuniones familiares, por ejemplo.
Cuando el manejo de estos factores de estrés son previsibles, puede cambiar ya
sea la situación o cambiar tu reacción. Al decidir qué opción elegir en
cualquier escenario dado, es útil pensar en las 4 A: evitar (avoid),
alterar o modificar, adaptar, o aceptar.
Evitar el estrés innecesario
No es saludable para evitar una situación estresante que
debe ser abordada, pero puede sorprenderte el número de factores de estrés en
tu vida que puedes eliminar.
Aprende a decir “no”. Conoce tus límites y
adhiere a ellos. Ya sea en tu vida personal o profesional, tener más de
lo que puede manejar es una receta segura para el estrés. Distingue entre los
“debería” y las “necesidades” y, cuando sea posible, di “no” a
tomar responsabilidades en exceso.
Evita las personas que causan estrés. Si alguien
causa consistentemente estrés en tu vida, limita la cantidad de tiempo que
pasas con esa persona, o termina la relación.
Toma el control de tu entorno. Si el noticiero
de la noche te pone ansioso, apaga el televisor. Si el tráfico se hace tenso,
toma una ruta más larga pero menos transitada. Si ir al mercado es una tarea
desagradable has tus compras en línea.
Recorta tu lista de tareas. Analiza tu
horario, las responsabilidades y las tareas diarias. Si tienes demasiado en tu
plato, pon las tareas que no son realmente necesarias en la parte inferior de
la lista o elimínalas por completo.
Modifica la situación-
Si no puedes evitar una situación estresante, trata de
alterarla. A menudo, esto implica cambiar la manera de comunicarte y operar en
tu vida diaria.
Expresa tus sentimientos en lugar de embotellarlos. Si algo
o alguien te está molestando, se más asertivo y comunica tus preocupaciones de
manera abierta y respetuosa. Si tienes un examen y un amigo
hablador acaba de llegar a casa, dile por adelantado que sólo tienes cinco
minutos para hablar. Si no expresas tus sentimientos, el
resentimiento crecerá y la tensión se incrementará.
Está dispuesto a comprometerte. Cuando le
pides a alguien cambiar su comportamiento, estate dispuesto a hacer lo mismo.
Si ambos están dispuestos a aflojar al menos un poco, tendrás una buena
oportunidad de encontrar un punto medio feliz.
Crea una programación equilibrada. Todo de
trabajo y nada de juego es una receta para el agotamiento. Trata de encontrar
un equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, las actividades sociales y
las actividades solitarias, las responsabilidades diarias y el tiempo de
inactividad.
Adáptate al estrés
Si no puedes cambiar el factor de estrés, cámbiate a
ti mismo. Puedes adaptarte a las situaciones de estrés y recuperar tu
sentido de control cambiando tus expectativas y actitud.
Replantea problemas. Trata de ver las
situaciones de estrés desde una perspectiva más positiva. En lugar de ofuscarte
por un atasco de tráfico, velo como una oportunidad de hacer una pausa y
respirar, escuchar tu estación de radio favorita, o disfrutar de un tiempo a
solas.
Mira la imagen completa. Toma perspectiva de
la situación estresante. Pregúntate lo importante que será en a largo plazo.
¿Importará en un mes? ¿Un año? ¿Realmente vale la pena seguir molesto por
esto? Si la respuesta es no, enfoca tu tiempo y energía en otra dirección.
Ajusta tus estándares. El perfeccionismo es
una fuente importante de estrés evitable. Es estar destinado al fracaso exigir
la perfección. Establece estándares razonables para ti y otros, y aprende a
estar de acuerdo con “lo suficientemente bueno”.
Practica la Gratitud. Cuando estés bajo
estrés, toma un momento para reflexionar sobre todas las cosas que aprecias en
tu vida, incluyendo sus propias cualidades positivas y regalos. Esta simple
estrategia puede ayudar a mantener las cosas en perspectiva.
Acepta las cosas que no puedes cambiar
Algunas fuentes de estrés son inevitables. No se puede
evitar o cambiar los factores de estrés tales como la muerte de un ser querido,
una enfermedad grave, o una recesión nacional. En tales casos, la mejor manera
de lidiar con el estrés es aceptar las cosas como son. La aceptación puede ser
difícil, pero a largo plazo es más fácil que lidiar contra una situación que no
puedes cambiar.
No trates de controlar lo incontrolable.
Muchas cosas en la vida están fuera de nuestro control, en particular el comportamiento
de otras personas. En lugar de destacarlas, céntrate en las cosas que puedes
controlar, como la forma en que vas a reaccionar a los problemas.
Buscar lo bueno. Cuando se enfrenta a grandes
retos, tratar de verlos como oportunidades para el crecimiento personal. Si tus
propias malas decisiones contribuyeron a una situación estresante, reflexiona
sobre ellas y aprende de tus errores.
Aprende a perdonar. Acepta el hecho de que
vivimos en un mundo imperfecto y que la gente comete errores. Deja de lado la
ira y el resentimiento. Libérate de la energía negativa al perdonar y seguir
adelante.
Comparte tus sentimientos. Expresar lo que
está pasando puede ser muy catártico, incluso si no hay nada que puedas hacer
para cambiar la situación estresante. Habla con un amigo de confianza o has una
cita con un terapeuta.
Consejo 3: Ponte en movimiento
Cuando estás estresado, la última cosa que probablemente
sientas hacer es levantarte y hacer ejercicio. Sin embargo, la actividad física
es un gran calmante para el estrés y no tienes que ser un atleta o pasar horas
en un gimnasio para experimentar los beneficios. El ejercicio libera endorfinas
que te hacen sentir bien, y también puede servir como una valiosa distracción
de las preocupaciones cotidianas.
Hasta que puedas obtener el mayor beneficio de hacer
ejercicio con regularidad durante 30 minutos o más, está bien aumentar tu nivel
de condición física gradualmente. Incluso actividades muy pequeñas pueden sumar
en el transcurso de un día. El primer paso es conseguir ponerte movimiento.
Aquí están algunas maneras fáciles de incorporar el ejercicio en tu rutina
diaria:
Pon música y baila.
Lleva a tu perro a dar un paseo
Ve a pie o en bicicleta a la tienda de comestibles.
Usa las escaleras en casa o el trabajo en lugar del
ascensor.
Aparca tu coche en el lugar más lejano del estacionamiento y
camina el resto del camino.
La magia anti-estrés del ejercicio rítmico consciente
Mientras que casi cualquier tipo de actividad física puede
ayudar a quemar la tensión y el estrés, las actividades rítmicas son
especialmente eficaces. Algunas buenas opciones son caminar, correr, nadar,
bailar, montar en bicicleta, el Tai Chi y los aeróbicos. Pero asegúrate de que
lo que elijas, te guste, para no abandonarlo.
Mientras estés haciendo ejercicio, has un esfuerzo
consciente para prestar atención a tu cuerpo y las sensaciones físicas (y, a
veces emocionales) que experimentas a medida que te mueves. Céntrate en la
coordinación de la respiración con tus movimientos, por ejemplo, o cuenta cómo
se siente el aire o la luz del sol en tu piel. Agregar este elemento de
atención te ayudará a romper el ciclo de los pensamientos negativos que a
menudo acompaña al estrés.
Consejo 4: Conecta con los demás
No hay nada más tranquilizador que pasar tiempo de calidad
con otro ser humano que te hace sentir seguro y comprendido. De hecho, la
interacción cara a cara desencadena una cascada de hormonas que contrarresta la
respuesta defensiva “lucha o huida” del cuerpo. No solo es calmante para el
estrés sino que también ayuda a evitar la depresión y la ansiedad. Así que lo
convierte en un punto para conectar regularmente y en persona, con la familia y
amigos.
Ten en cuenta que las personas con las que habla no tienen
que ser capaces de solucionar tu estrés. Simplemente tienen que ser buenos
oyentes. Y trata de no preocuparte por parecer débil o ser una carga sino
mantente abierto. Las personas que se preocupan por ti serán halagados por tu
confianza. Sólo consolidarán sus lazos.
Por supuesto, no siempre es realista tener un amigo cerca
para apoyarse cuando te sientes abrumado por el estrés, pero mediante la
construcción y mantenimiento de una red de amigos cercanos puede mejorar tu
resistencia a los factores estresantes de la vida.
Consejos para la construcción de relaciones
Habla con un colega en el trabajo
Ayuda a otra persona siendo voluntario
Almuerza o toma café con un amigo
Pide a un ser querido que te llame con frecuencia.
Acompaña a alguien al cine o un concierto
Llama o envía un correo electrónico a un viejo amigo
Programa una cita semanal para cenar acompañado.
Conoce gente nueva, tomando una clase o uniéndote a un club
Consejo 5: Tómate un tiempo para la diversión y la relajación
No estés tan atrapado en el ajetreo de la vida que te
olvides de cuidar de tus propias necesidades. Nutrirse a uno mismo es una
necesidad, no un lujo. Si haces regularmente tiempo para la diversión y la
relajación, vas a estar en un lugar mejor para manejar los factores estresantes
de la vida.
Pon a un lado el tiempo de ocio. Incluye el
descanso y la relajación en tu programación diaria. No permitas que otras
obligaciones te invadan. Este es el momento de tomar un descanso de todas las
responsabilidades y recargar las pilas.
Has algo que disfrutes, todos los días.
Tómate un tiempo para actividades de ocio que te traen alegría, ya se trate de
observar las estrellas, tocar el piano, o trabajar en tu bicicleta.
Mantén tu sentido del humor. Esto incluye la
capacidad de reírte de ti mismo. La risa ayuda a tu cuerpo a combatir el estrés
de muchas maneras.
Toma una práctica de relajación. Las técnicas de relajación como el yoga, la meditación y la respiración profunda activan la respuesta de relajación del cuerpo, un estado de sosiego que es lo contrario de la lucha o huida o la movilización de respuesta al estrés. A medida que aprendas y practiques estas técnicas, tus niveles de estrés disminuirán y tu mente y cuerpo estarán en calma y centrados.
Consejo 6: Administra mejor tu tiempo
La mala gestión del tiempo puede causar mucho estrés. Cuando
te estás exigiendo demasiado y corriendo, es difícil mantener la calma y
permanecer centrado. Además, podrás verte tentado a evitar o recortar todas las
cosas saludables que tienes que hacer para mantener el estrés bajo control,
como la socialización y dormir lo suficiente. La buena noticia: hay cosas que
puedes hacer para lograr un equilibrio entre trabajo y una vida más saludable.
No sobre-comprometerse. Evita programar cosas
consecutivas o tratar de abarcar demasiado en un día. Con demasiada frecuencia,
subestimamos cuánto tiempo las cosas van a tomar.
Priorizar tareas. Has una lista de las tareas
que tienes que hacer, y has frente a ellas en orden de importancia. Lo de alta
prioridad en primer lugar. Si tienes algo particularmente desagradable o
estresante que hacer, acaba primero con ello. El resto del día será más
agradable como resultado.
Divide los proyectos en pequeños pasos. Si un
gran proyecto parece abrumador, has un plan paso a paso. Céntrate en un solo
paso a la vez, en lugar de tomar todo junto.
Delega responsabilidad. No tienes que hacerlo
todo tú mismo, ya sea en casa, la escuela o en el trabajo. Si otras personas
pueden hacerse cargo de la tarea, ¿por qué no dejarla a ellos? Deja de lado el
deseo de controlar o supervisar cada pequeño paso. Se trata de dejar ir el
estrés innecesario en el proceso.
Consejo 7: Mantén el equilibrio con un estilo de vida saludable
Además de ejercicio regular, hay otros estilos de vida
saludables que pueden aumentar tu resistencia al estrés.
Sigue una dieta saludable. Cuerpos bien
alimentados están mejor preparados para hacer frente al estrés, así que se
consciente de lo que comes. Comienza tu día con el desayuno, y mantén tu
energía y tu mente clara con alimentos balanceados y nutritivos durante el día.
Reduce la cafeína y el azúcar. La cafeína y el azúcar
proporcionan a menudo un bache en el estado de ánimo y energía. Al reducir la
cantidad de café, refrescos, chocolate y bocadillos de azúcar en tu dieta, te
sentirás más relajado y dormirás mejor.
Evita el alcohol, cigarrillos y drogas. Auto medicarse con
alcohol o drogas puede proporcionar una salida fácil de la tensión, pero el
alivio es sólo temporal. No enmascares el tema en cuestión; enfrenta los
problemas con una mente clara.
Duerme lo suficiente. El sueño adecuado
alimenta tu mente, así como tu cuerpo. Una sensación de cansancio aumentará tu
estrés, ya que puede hacer que pienses irracionalmente.
Consejo 8: Aprende a aliviar el estrés en el momento
Cuando estés agotado por tu viaje matinal, atrapado en una
reunión estresante en el trabajo, o en medio de otra discusión con tu cónyuge,
necesitas una manera de manejar tus niveles de estrés en ese momento. Ahí es
donde el alivio del estrés viene rápido.
La manera más rápida de reducir el estrés es tomar una
respiración profunda y el uso de tus sentidos lo que ves, oyes, el gusto y al
tacto o a través de un movimiento suave. Ver una foto favorita, oler un olor
específico, escuchar musical, degustar un trozo de goma de mascar, o abrazar a
un animal doméstico, por ejemplo, puede relajarte y enfocarte rápidamente. Por
supuesto, no todo el mundo responde a cada experiencia sensorial de la misma
manera. La clave para el alivio rápido de la tensión es experimentar y
descubrir las experiencias sensoriales únicas que te funcionan mejor.
Autores: Lawrence Robinson, Melinda Smith, MA, y Robert
Segal, MA Últimos actualización: junio de año 2019.
https://www.helpguide.org/articles/stress/stress-management.htm
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