MATERIAL TRADUCIDO DEL INGLÉS POR TAHÍTA DESDE INERSELF.COM ♥
Todos tenemos lugares en nuestros hogares y en nuestros corazones donde escondemos las cosas que no queremos que otras personas vean. Todo el mundo lo hace. Hay una muy poderosa auto perpetua ironía, en este comportamiento. Todos creemos que somos los únicos que tenemos desorden por ocultar. Vamos a casa de otras personas y parece que no tienen desorden. Sus superficies son claras y todo parece en su lugar. Así que todos pensamos: soy el único desordenado. ¿Y qué nos hace hacer esto? Nos hace querer ocultar nuestro desorden!
Así que todo el mundo está escondiendo su desorden basado en la falsa creencia de que nadie más tiene desorden en su vida (porque todo el mundo se lo está escondiendo a todos los demás). Mira, si todo el mundo tuviera el coraje de tomar todo su desorden y lo descargara en medio de su sala de estar: cada armario, cajón, el espacio debajo de cada cama, estantería, etc…veríamos la realidad. Esa realidad sorprendente es que todos somos humanos y la vida de todos es complicada y difícil de manejar de vez en cuando.
¿Qué pasa con el desorden del corazón?
Esto aplica al desorden del corazón también. Todos tenemos un desorden de corazón: miedos, preocupaciones, inseguridades y decepciones. Puede parecer que eres la única persona que lleva estas cargas. Pareciera que todo el mundo es perfectamente feliz, tiene una vida emocional bien organizada y es espiritualmente claro. Operando bajo ese falso supuesto, tomamos el mismo enfoque en nuestros corazones que en nuestra casa. Escondemos el desorden, lo distanciamos y ocultamos. Lo metemos todo en lugares secretos que sólo nosotros conocemos.
Al igual que en nuestros hogares, puede ser que incluso las personas con las que convivimos no saben donde están nuestros escondites secretos o lo hacinados que son. De hecho, puede ser el caso que hemos escondido hábilmente tantas cosas, que ya no sabemos lo que hay allí. No conocemos nuestro inventario emocional, más lleno de lo que creemos, como nuestra casa.
Debido a estos escondites, tomamos el hábito de ser espiritualmente deshonestos. Sea cual sea el Poder Superior con el cual nos sentimos conectados, ni siquiera podemos ser honestos con ese ser sagrado. Estamos tan comprometidos con la presentación de una frente limpia y clara, que utilizamos para custodiar estos escondites privados dentro de nosotros mismos, el poder que nos podría sanar.
Apertura
Abre tus escondites y deja que la luz del día, del espíritu, y el resplandor de la curación entren en ellos. Tenemos que hacer un inventario honesto en nuestros hogares y en nuestros corazones. La imagen que presentamos al mundo de lo que somos y cómo vivimos es sólo eso: una imagen. Es una imagen hasta que dejemos de esconder lo que somos , abandonémosla y dejemos de tratar de fingir que nuestros hogares y nuestros corazones no están desordenados.
Si tenemos la ansiedad constante de que pueden descubrir quienes realmente somos, no hay manera de que podamos relajarnos. Ninguna limpieza exterior va a acabar con el miedo de que alguien tropiece con uno de nuestros escondites y conozca plenamente cómo somos.
Una cosa para recordar
Solo recuerda esto: Somos amados por nuestra Divinidad, por el Universo, por Todo Lo Que Es. Y no sólo por nuestras partes luminosas y acogedoras. Somos amados incluso por esas zonas que sentimos como sucias o desordenadas, incompletas, deterioradas u oscuras. Somos amados, todos nosotros, por ser humanos e imperfectos como tales.
No hay necesidad de ocultar lo que necesita ser perdonado. Todo se nos ha perdonado. Ahora tenemos que perdonarnos a nosotros mismos.
Abre los escondites.
Revélate como eres.
No se puede quitar nada del desorden sin abrirte…sin abrir la casa y el Corazón!!!
© 2014 Lauren Rosenfeld
Este artículo fue tomado con permiso del libro:
Abre tu Corazón, Ordenando Tu Hogar de Lauren Rosenfeld
Lauren Rosenfeld, MA, M.Ed, es una intuitiva espiritual que puede ver lecciones espirituales que brillan incluso en las situaciones más desafiantes de la vida.
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