¡El despertar espiritual no tiene nada que ver con escapar de nuestra oscuridad y alcanzar la luz! No no, ¡es una revolución en la consciencia!
De hecho nos volcamos HACIA nuestra oscuridad, iluminándola y conociéndonos a nosotros mismos como la misma luz que ilumina. Así que ya no es oscuridad en absoluto...
No estamos aquí para destruir, erradicar, reparar, trascender o incluso "sanar" nuestra oscuridad - el dolor, el terror, la ira, la vergüenza, aquellos profundos sentimientos de culpa de nuestra infancia, ya que estos son lugares en nosotros mismos que no hemos estado dispuestos o hemos sido capaces de iluminar aún. No son inherentemente malvados, pecaminosos o peligrosos.
A medida que sanamos, comenzamos a bañar estos lugares tristes con amor.
Hacemos brillar nuestra ardiente y divina luz sobre los lugares adoloridos y tensos en nosotros. Y permitimos a estas preciosas energías saber que son incluidas, son bienvenidas, son sagradas, aquí en la Vastedad.
Así que no somos ya controlados por nuestros sentimientos "oscuros".
Así que podemos actuar desde la presencia, desde la claridad, desde el amor.
Así que podemos estar llenos de vida - alegría y tristeza, confusión y claridad, vulnerabilidad y coraje.
Los lugares "oscuros" en nosotros no son nuestros enemigos.
No son errores.
No son nuestra enfermedad.
Ellos son nuestros preciosos hijos, llorando, anhelando nuestro amor, nuestra luz, nuestro conocer.
Jeff Foster
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