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La lava está abriéndose camino a través de carreteras y subdivisiones, destruyendo algunas casas y causando evacuaciones. Algunas de las fotos hacen que parezca el fin del mundo, las llamas se disparan desde las grietas de la tierra y arrojan gases tóxicos. Nada como el paraíso que conocemos como Hawai. Estamos orando por la seguridad y el bienestar de los más directamente afectados.
Esta erupción me hace recordar uno de esos días en que se suponía que el mundo llegaba a su fin. Los planetas habían logrado la alineación crucial, las antiguas profecías se estaban cumpliendo y los psíquicos confirmaron que este sería el punto de inflexión. Hordas de personas corrían a la seguridad en lugares de poder espiritual en todo el mundo. Otros se habían ido de compras y acumularon enormes cuentas en sus tarjetas de crédito después de que se les informara que el sistema económico mundial iba a fallar. Otros se despidieron de los seres queridos no creyentes.
Estaba volando sobre Europa con un grupo que acababa de completar una peregrinación espiritual. Una niña del grupo, de 8 años, temía porque había escuchado las profecías. Se acercó al líder del grupo y le preguntó si, al aterrizar, nos llevarían a un lugar de poder donde los terremotos o las inundaciones no pudieran alcanzarnos. El líder tomó las manos de la niña, la miró a los ojos y le dijo: “No te preocupes, cariño. Tú eres el lugar de poder. Cuando vives en tu fuerza espiritual, estás a salvo donde sea que estés”.
Nunca se ha dicho algo más cierto.
En mis muchos viajes, he tenido la bendición de visitar algunos de los sitios más sagrados del mundo: las pirámides de Giza, Machu Picchu, los vórtices de Sedona, el monte Shasta, el monte Fuji, Jerusalén, y más. He disfrutado inmensamente todas estas peregrinaciones y me he sentido animado a conectarme con las energías allí. Todos son verdaderamente maravillosos.
Luego me encontré con una cita de Un curso de milagros que me hizo reconsiderar la definición de un sitio sagrado: "El lugar más sagrado de la tierra es donde un antiguo odio se ha convertido en un amor presente".
Hmmm
Como somos seres espirituales en nuestro núcleo, es el estado de nuestro espíritu, no la geografía, lo que nos da poder y nos hace sentir seguros. Cualquier lugar donde reconocemos la presencia de Dios es un lugar de poder, que incluye justo donde estamos parados. El Curso también nos dice que la ruta más rápida hacia la iluminación es elevar nuestras relaciones y elegir el amor donde una vez elegimos el miedo. Cuando logras una curación en una relación y reemplazas el juicio con el perdón, estás parado en el lugar más sagrado de la tierra.
El ego prescribe curas horizontales o geográficas para nuestro dolor. Si cambiamos nuestra relación de pareja, trabajo o situación de vida, todo estaría bien. Pero si deja un trabajo o una relación sin resolver los problemas que causaron que usted quisiera irse, simplemente recreará la misma situación. Los cambios efectivos en el mundo exterior deben estar precedidos por cambios en la mente, el corazón y la actitud. Cuando alcanzamos la curación interna, los cambios externos fluyen de forma natural y orgánica, con el menor esfuerzo.
El mundo que vemos es una pantalla en la que proyectamos nuestros pensamientos. Si tenemos pensamientos de seguridad, veremos un mundo seguro y amable. Si mantenemos pensamientos de miedo, veremos amenaza donde sea que dirijamos la vista. El mundo no tiene realidad o sustancia, excepto lo que le damos con nuestra mente. Si te sientes vulnerable, el lugar al que acudir por seguridad está dentro. El guía espiritual Bashar dice: “O estás seguro o no lo estás. No existe tal cosa como la seguridad parcial. Debes decidir la naturaleza del universo en el que vives. Te aseguro que estás seguro”.
Es estimulante visitar lugares considerados sagrados y espiritualmente poderosos. Solo recuerda que lo que los hace poderosos son las intenciones que te llevan a ellos. Crees que estás visitando un lugar físico con ciertos atributos, pero realmente estás visitando un lugar en tu mente. Ese lugar está disponible para ti dondequiera que estés. Un maestro espiritual encuentra a Dios en lugares que otros no.
Tienes el poder de transformar cualquier situación y santificarla. La mejor manera de hacerlo es buscar en tu vida las relaciones que han sido dominadas por el miedo y liberar esas relaciones con el amor. Es más fácil volar a Machu Picchu que enfrentar a tu ex y crear armonía donde hay enemistad. Pero ese es el trabajo que tenemos ante nosotros. La gente me pregunta: "¿Cómo puedo conectarme con mis ángeles?" Les digo: "Encuentra a los ángeles dentro de los demonios en tu vida, y legiones de ángeles acudirán a ti". Ellos me dicen: "Ojalá estuviera en la última cena con Jesús ". Les digo: “Termina la cena de Acción de Gracias sin molestarte con tus parientes, y Jesús te encontrará. Quítale poder a la última cena.”
Tendemos a buscar la salvación en tiempos y lugares distantes, cuando ya está aquí para pedirla. Para crear el cielo en la tierra, toma situaciones terrenales y elévalas al cielo.
Entonces realmente estarás llegando a alguna parte.
Alan Cohen es autor de veintitrés títulos anteriores, incluidos los clásicos “¿Eres tan feliz como tu perro?” o “El dragón ya no vive aquí”. Sus obras, traducidas a veinticuatro lenguas, han sido reseñadas en Oprah.com, USA Today y Washington Post. Seguidor incondicional de “Un Curso de Milagros”, Alan lleva varias décadas profundizando en sus principios y divulgándolos con un tono ameno y accesible.
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