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domingo, 24 de mayo de 2020

5 Cosas del Mindfulness que nadie te dice -

En este post te voy a contar algunas cosas que nadie me dijo del mindfulness… Conocí la escuela de la tradición budista de Thich Nhat Hanh en el otoño de 2010 cuando me obligaron a ir a un retiro para estudiantes universitarios en Deer Park Monastery[1]. Como buena estudiante universitaria rebelde, no hice absolutamente nada de lo que se esperaba de mí durante ese retiro, pero el solo hecho de asistir me aseguraba el 40% de mi calificación final y no estaba dispuesta a arriesgar mi graduación por un simple retiro. Sin embargo, la idea de aprender mindfulness a través de las enseñanzas de los monásticos quedó muy grabada en mi inconsciente, hasta que el otoño siguiente decidí regresar a otro retiro y comencé formalmente mi práctica.

Muchos artículos y estudios hablan de los beneficios de la práctica de mindfulness. Entre los muchos beneficios se encuentran la “reducción de síntomas [como] depresión y ansiedad [además de] reducir sustancialmente el estrés”[2]. Por ésta razón, actualmente se emplea en diferentes contextos que van desde la práctica clínica en psicoterapia, hasta en el contexto escolar. No obstante, yo voy a hablar de las cosas que nadie, o casi nadie, te dice de lo que sucede cuando practicas mindfulness.

1. Mindfulness no es igual a meditación sentado. Una de los principales errores es creer que mindfulness es igual a meditar sentado por horas. De acuerdo con la tradición budista zen, particularmente la escuela de Thich Nhat Hanh, la práctica de sitting meditation es solo una de las diferentes formas de practicar la plena consciencia. Existen otras formas tales como mindful breathing, eating, mindful walking, mindful working, entre otras. La razón es que cuando se habla de mindfulness se debe especificar un objeto, es decir, ¿de qué eres plenamente consciente en el momento presente? ¿De tus emociones, de tus pensamientos, de tu cuerpo…? Si sientes que te es imposible comenzar a practicar sentado, comienza por ser plenamente consciente de otras actividades que haces habitualmente, como lavar los platos o barrer tu patio.

2. La práctica no es un proceso lineal. Muchos de los artículos sugieren que con meditar de 5 a 10 minutos diarios lograrás cosechar los beneficios de la práctica del mindfulness y hay algo de verdad en eso, porque ciertamente la práctica de la plena consciencia es como germinar una semilla: solo después de unos días comenzarás a ver como brota un retoño, y con el tiempo, se convertirá en una planta. Sin embargo algo que no siempre es evidente es que estos beneficios vienen y van conforme progresas en la práctica. Por un lado, porque la vida pasa y hay situaciones que ponen a prueba el avance que llevas, y por otro porque conforme vas explorando capas más profundas de tu ser te encuentras con cuestiones no resueltas en ti. Finalmente, la frecuencia y duración de cada meditación es relativa. Conforme te vuelves más conscientes de tu cuerpo, tu cuerpo te dirá si debes meditar por más o menos tiempo, o si simplemente debes abstenerte de meditar ese día y practicar otra forma de plena consciencia; sé compasivo contigo y con tu cuerpo.

3. Te vuelves más consciente de cuando no eres plenamente consciente, y eso es ser plenamente consciente también. Si eres consistente con tu práctica, te darás cuenta de que cuesta trabajo mantener la atención plenamente en el presente durante periodos largos de tiempo ―a menos que estés totalmente inmerso en una actividad como los niños cuando juegan―, o que en ocasiones tomas decisiones poco “conscientes” con tu cuerpo o con el medio que te rodea, como consumir cosas que sabes que dañan tu cuerpo y tu mente, mantener relaciones nocivas o desechar una gran cantidad de plásticos al día. Inclusive puede que comiences a atraparte más seguido en aquellos defectos de tu persona que por años creías que sólo poseían los demás, como la crítica destructiva, el sarcasmo, el chisme, la soberbia, entre otros. Ya sabes lo que dicen, lo que te choca te checa. No obstante, está bien. El primer paso es volverse consciente. Los budistas creen que el solo hecho de ser consciente de la ‘inconsciencia’ ya es en sí mismo un acto de plena consciencia. Es imposible hacer un cambio de estilo de vida sin reconocer que hay algo que necesitas cambiar; y el cambio siempre viene de adentro, no del entorno.

4. Te vuelves más consciente de las necesidades de tu cuerpo en general. En ocasiones nos sobrecargamos de responsabilidades y expectativas que sobrepasan el límite de nuestro cuerpo, como trabajo, escuela, familia, ejercicio, tareas del hogar y demás. Con el paso del tiempo notarás que poco a poco estarás cada vez más en sincronía con tu cuerpo, hasta el punto de ‘escucharlo’ y reconocer cuando requiere actividad física, meditar, agua, descanso, diversión o comer nutritivamente. Lo anterior significa que pese a que es importante tener una rutina bien establecida con el fin de crear hábitos y disciplina, es importante hacer caso de lo que te dice tu cuerpo a cada momento.

5. Tus relaciones sociales se vuelven más significativas. Recuerdo que cuando comencé a practicar mindfulness me llamaba la atención que las pláticas de quienes llevaban años practicando fueran tan ‘extrañas’ en comparación al tipo de conversaciones que solía mantener: charlas donde hablaba de mis logros, los otros hablaban de sus logros, o en las que hablábamos, a manera de crítica o chisme, de otras personas. Lo anterior me lleva a advertirte que probablemente notes que tu círculo social se reduce, ya que poco a poco los cambios que vas realizando en tu vida a raíz de estar más plenamente consciente de tu cuerpo, tu mente, tus emociones y tu entorno en general, te alejarán de personas que te invitan a mantener conversaciones tóxicas y carentes de sentido, pero que a la vez te permitirá consolidar aquellas relaciones que te ayudarán a continuar creciendo como persona. Asimismo, tus conversaciones se volverán más profundas y llenas de enseñanza, donde el hablar de uno mismo o de los demás es solo la excusa para descubrir verdades y conocimientos que solo se obtienen a partir de la experiencia de vida.

Espero que mi experiencia y aquellas cosas que he descubierto en el camino te sirvan para comenzar tu práctica de mindfulness, o si ya lo practicas, para que no te desanimes si ves que no puedes ser consistente.

Yolanda Robles Rodriguez

Licenciada en Psicología Clínica-

[1] http://deerparkmonastery.org/

[2] Schreiner, I., & Malcolm, J. P. (2008). The benefits of mindfulness meditation: Changes in emotional states of depression, anxiety, and stress. Behaviour Change, 25(03), 156-168.

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