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martes, 26 de febrero de 2019

¿Qué es vivir conscientemente y cómo se hace? - por Karen R. Koenig

Texto traducido del inglés por Tahíta desde la web...http://www.innerself.com/

 

Los seres humanos tienen una tendencia a tomarse la vida presente a la ligera. Aunque sus cabezas permanecen firmemente unidas a sus cuerpos, sus mentes a menudo se mueven hacia el pasado o saltan hacia el futuro. Sabes a lo que me refiero. Estás en la fiesta de cumpleaños de tu hijo sirviendo pastel para todos los niños de cuatro años, y en vez de disfrutar el momento, te estás preguntando lo que sus padres van a decir de la fiesta después de marcharse.

O, en un escenario igualmente posible podrías estar repartiendo rebanadas de pastel a los niños de cuatro años, mientras revives la pelea que tuviste por la mañana con tu madre por teléfono, ya que quería venir a la fiesta, pero no quería conducir en la lluvia. Se enojó porque te negaste a ir a recogerla debido a lo mucho que tenías por hacer y te sientes culpable por haberle dicho que no.

Aunque estés tratando de pasar un buen rato con tu hijo, estás tan perdida en tus propios pensamientos del pasado y el futuro que apenas recuerdas a quien le serviste pastel y a quién no.

Esto no es lo que llamamos vivir conscientemente - es decir, con intención y conciencia y un enfoque en el aquí y ahora. Eso sólo ocurre cuando toda tu energía - mental y física -se dirige hacia el momento presente.

Por supuesto, nadie hace esta cosa de vivir conscientemente de modo perfecto, por lo que la idea no es estar siempre conectado a tierra en el presente, pero sí estar allí tan a menudo como sea posible, sin duda, más a menudo de lo que lo estamos… saber cuándo nos estamos deslizando fuera de él, y ser capaces de traer la mente de vuelta lo más rápido posible.

El objetivo es permanecer intencionalmente consciente excepto cuando deliberadamente queremos apagar la mente y la atención y darnos unas grandes o pequeñas vacaciones mentales.

Desaparecer Mentalmente

Hay dos maneras de salirnos del el aquí y ahora. Ambas son, tendencias humanas perfectamente naturales, pero con habilidad y práctica, podemos limitarlas a fin de mejorar nuestras vidas.

1) La vida en piloto automático

Cuando vivimos en piloto automático, no estamos necesariamente viviendo en el pasado o catapultando nuestros pensamientos hacia el futuro. De hecho, nuestras mentes están en una especie de inframundo, como si nuestros cerebros se hubieran puesto, a espaldas de nosotros, a modo de pausa. No estamos conscientemente pensando en otras cosas, ni estamos concentrados en lo que estamos haciendo.

Esta experiencia suele suceder cuando estamos haciendo tareas rutinarias como cortar el césped, planchar o trocear las verduras. No estamos meditando en otra cosa; de hecho, no estamos meditando en absoluto. Nuestro cuerpo está definitivamente dedicado a la actividad, pero nuestra mente no lo está.

No es necesariamente un fenómeno negativo. Hay un gran placer en hacer las tareas repetitivas que requieren poca atención. Ellas pueden dar a nuestra mente sobre ocupada, y cansada, poco de descanso, tal vez el equivalente a tomar una siesta en medio de una tarde agitada. Cuando deliberadamente decidimos apagar la mente y dejar que nuestro cuerpo haga su trabajo, podemos beneficiarnos de la experiencia.

Sin embargo, vivir en piloto automático, sea que lo hayas elegido deliberadamente o no, es otra cosa muy distinta. Y esto es a menudo lo que provoca, por ejemplo, que se coma en exceso. Muchas personas sienten tanta presión al respecto de tantas cosas que revolotean todo el día sin poner atención en ninguna de ellas, incluyendo lo que comen.

Si no están llevando a los niños a la escuela, están corriendo a trabajar y a las carreras a través del día para volver a recoger a los niños y llegar cansados a la cena. Ellos hacen lo que creen que deben hacer y se pierden mentalmente en la experiencia real de hacerlo. Es por eso que en la mesa de la cena, cuando le preguntas a tu hijo cómo fue su día, dice, "Mamá, te conté todo sobre ello en el coche de camino a casa. ¿No estabas escuchando? "Bueno, no, mamá, en realidad no lo estaba escuchando. De hecho, no tiene ni idea de lo que pasaba por su mente, excepto que parece haber prestado suficiente atención como para conducir a los niños a casa a salvo.

Prestamos poca atención a la vida cotidiana y sufrimos por ello. Tendríamos que ver cada momento tan sagrado, tan precioso, como una pieza única de la vida…estando lo más plenamente dedicados a lavar los platos como en los momentos más grandiosos de la vida, presentes en los momentos de sufrimiento como de alegría, con ganas de participar en los aspectos mundanos, rutinarios de la vida como lo estaríamos al experimentar algo extraordinario, único, alucinante.

Esto tiene sentido, ya que hay muchos más momentos monótonas sorprendentes o excepcionales. Si prestamos atención sólo a los "grandes eventos", echaremos de menos cuando no sucedan. En cambio, considerando que todo momento vale la pena si lo experimentamos de lleno, vivimos más rica y plenamente.

2) Vivir en el pasado o el futuro

Cuando hablo de vivir en el pasado o en el futuro, me refiero a poner la consciencia mental lejos del presente recordando lo pasado o anticipando lo que se avecina. Este es un proceso mental, no un acto físico, y no hay nada de malo en pensar en el pasado o en el futuro si lo hacemos intencionalmente y con un propósito.

Hay un montón de excelentes razones para recordar algo. Nos gusta recordar épocas anteriores, ya que nos da placer y es a menudo una experiencia de unión si lo hacemos sabiendo cómo regresar conscientemente al presente. Incluso en un nivel práctico, pensar en el pasado es importante para, por ejemplo, recordar cómo hicimos algo en el trabajo que resultó bien, para que podamos repetir nuestro éxito.

Cuando intencionalmente buscamos recuerdos, generalmente nos damos cuenta de por qué o para qué lo hacemos.

Pero ¿qué pasa cuando de repente llega un recuerdo no deseado y nos mantiene prisioneros mentalmente?

Ser secuestrado por la memoria de un recuerdo es una experiencia desagradable. Hay una sensación de impotencia, pánico y frustración, que se siente mucho como estar atrapado en una compulsión. Este malestar es a menudo causado por la costumbre abrumadora de viajar atrás en el tiempo como para deshacer lo que crees que hiciste mal.

Regularmente la participación en este tipo de juegos mentales puede consumir tanta energía que poco sobra para el presente.

Atrapados en la Memoria Temporal

Tan desagradable como estar atrapado en el túnel del tiempo hacia el pasado es estarlo en el futuro, tratando de catapultarte a ti mismo hacia para estar seguro de que lo que vendrá será bueno.

Aquí hay algunos ejemplos. Te obsesionas acerca de estar en un peso adecuado o que te calce un tamaño de ropa específico para la reunión con compañeros de la secundaria. O tal vez inicias la planificación de cada minuto de la visita que tus padres estarán haciendo a tu nueva casa el fin de semana, para estar seguro de que pasarán un rato agradable. O tal vez no puedes dejar de pensar en tu próxima cirugía de bypass gástrico.

¿Sabes lo que todas estas situaciones tienen en común? En cada una de ellas, deseas intervenir en el futuro y arreglarlo, para que cuando llegues allí esté todo bien.

Por favor, no te sientas mal si te involucras en este tipo de gimnasia mental a menudo. Es otra de esas peculiaridades del ser humano. Pero no hace que tu vida funcione mejor, ¿verdad?

El Ahora está siempre Esperando por Ti

Suponiendo que anheles una existencia más consciente, por favor, reconoce que el AHORA está siempre esperando. No tienes que buscarlo.

Cada vez que pierdes la noción del tiempo por estar absorto en una actividad o proceso creativo, estás en el ahora. En esos momentos, algo pasa en nuestro cerebro que nos lleva a la atención y nos inunda con enorme placer. La gente tiene muchos nombres para esta experiencia, yo utilizo las palabras: paz y respeto.

¿Cómo me mantengo consciente cuando ni sé cuándo me salgo de la realidad?

Una manera fácil de saber que te has salido de la realidad es cuando te encuentras rumiando sobre el pasado o preocupándote por el futuro. Recuerda, no puedes estar en dos lugares a la vez!

Adquiere el hábito de preguntarte rutinariamente durante el día: ¿Dónde estoy? Hacer esta pregunta rompe el hechizo por el que te has salido de la realidad presente.

Si estás atrapado imaginando un mejor final para un suceso pasado y quieres volver al presente, simplemente nota dónde te encuentras. Si has estado tratando de colarte furtivamente en el futuro para hacer que resulte bien, preguntándote dónde estás te traes de vuelta a donde perteneces.

Estar conectado con lo que está a tus pies

Vivir conscientemente significa tratar de estar presente a cada minuto, y no estar obsesivamente pendiente de resultados futuros - para lograr éxito o para evitar sucesos desagradables. Significa no arruinar tu disfrute actual por un sentimiento de culpa, vergüenza o remordimiento. Estas emociones son la antítesis de disfrutar el aquí y ahora.

Estar más conectado con lo que está a tus pies es no centrarte en lo de atrás o adelante en al camino. Por supuesto, uno siempre quiere tener en cuenta dónde se dirige, y no hay nada de malo en la planificación para el futuro. Pero seguramente no quieres mantener los ojos pegados en él olvidándote de la realidad actual.

Reducir la velocidad y centrarse en el momento presente

Al reducir la velocidad y centrar todos tus sentidos en el momento presente, puedes vivir más conscientemente. En cualquier momento del día, pregúntate lo que ves, oyes, hueles, y sientes a través del tacto.

Cuando corres de una cosa a otra durante el día, lentifícate intencionalmente o detente a preguntarte: ¿Cuál es la prisa? En lugar de pasar de una tarea directamente a otra, has una pausa entre las tareas y toma unas deliciosas respiraciones profundas.

Ah, ahora estás viviendo conscientemente!

© 2015 por Karen R. Koenig. Reproducido con permiso del editor,

Sobre el Autor

Karen R. Koenig es un psicoterapeuta, educadora nacional, autora internacional, y experta en la psicología de la alimentación

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