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viernes, 1 de marzo de 2019

El libro que cortó mis Ilusiones y me enseñó la Verdadera fuerza - Lindsay Carricarte

Traducido por Tahíta del inglés, desde la web...www.elephantjournal.com

"Somos guerreros en entrenamiento, a los que se les enseña cómo sentarse con nerviosismo y malestar."  ~ Pema Chödrön

 Los lugares que te asustan: Una guía para la ausencia de miedo en tiempos Difíciles de Pema Chödrön,  es el libro que cambió mi vida.

Hace unos años, el libro me encontró, como lo hacen los libros cuando estamos listos para recibir la información que se comparte en ellos. Era una vieja copia maltratada de forma tan natural que me llamó la atención, ya que tengo una historia de amor con los libros antiguos. Cualquier libro en verdad, pero especialmente aquellas copias hechas jirones, que fueron leídas una y otra vez por otros. Las que rezuman sabiduría y conocimiento.

Éste tenía todo tipo de notas y destaques en él, e inmediatamente sentí que tenía que saber lo que había en este cofre del tesoro de páginas y tapa dura.

Lo abrí al azar y encontré una página. El primer párrafo en el que mis ojos cayeron decía:

 "Este es un buen momento para recordar que cuando endurecemos nuestro corazón en contra de alguien, nos hacemos daño. El hábito del miedo, el hábito de la ira, de la autocompasión, todos se consolidan y se potencian cuando continuamos invirtiendo en ellos. Lo más compasivo que podemos hacer es interrumpir estos hábitos. En lugar de siempre retroceder y poner muros, podemos hacer algo impredecible y tener una aspiración compasiva. Podemos visualizar la cara de esta persona difícil y decir su nombre si nos ayuda. Entonces pronunciamos las palabras: "Que esta persona que me irrita esté libre de sufrimiento y de las raíces del sufrimiento.” Al hacer esto, empezamos a disolver el miedo”. 

 Este párrafo resonó muy fuerte en mí, porque yo había estado viviendo como un prisionero de mis hábitos de ira, miedo y auto-compasión. Estos hábitos habían sido mi carcelero durante la mayor parte de mi vida. Y yo estaba enferma de los mismos. Estaba cansada de mí misma y mi ira, terquedad y negativa a conectar con la gente.

 Pensé que mis hábitos duros era lo que me habían endurecido, lo que me hizo una guerrera. ¿Que esta persona que me irrita esté libre de sufrimiento? Whow. Mi mente nunca habría llegado a ese pensamiento por sí sola.

 Yo me quedé impresionada. En lugar de poner muros, pensé… "¿Quieres decir que hay otra forma?" Me sentí como si tuviera toda una nueva comprensión de la vida en ese momento. Hasta ese momento, no había tenido idea de que podía interrumpir mis hábitos. Pensé que me eran una parte inherente de mi maquillaje que no podía ser cambiado. Me comencé a sentir tan empoderada  entonces, como si estuviera golpeando ligeramente en una fuente infinita de fuerza.

 Se sentía como si mi carcelero hubiera abierto las puertas de mi prisión y yo estuviera de pie en el umbral  entre la luz del sol y la oscuridad. Mientras estaba allí permanecía casi con incredulidad, al igual que un preso consignado a la vida tras las rejas, al que de repente, se le ofrece la libertad.

Estaba enganchada. Seguí leyendo. Me encontré con esto:

 "Podemos dejar que las circunstancias de nuestras vidas nos endurezcan por lo que llegamos a ser cada vez más resentidos y temerosos, o podemos dejar que nos ablanden y nos hagan más amables y más abiertos a lo que nos asusta. Siempre tenemos esta elección”.

 Había que elegir otra vez! Tengo una opción. Reflexioné sobre esto durante algún tiempo después de leerlo. Me sentía como si hubiera golpeado descubierto oro con esta información. Tengo una elección! Quería gritarlo a los cuatro vientos y decírselo a todos. Me sentí como el Dr. King en su discurso, "Tengo un sueño..." Quería con el mundo compartir este conocimiento para que ellos también supieran que podían  tener una opción en la vida.

 Me quedé impresionada por la idea de que todo lo que no me gusta de mí y de todo lo que había  etiquetado podría ser cambiado. Tal vez suene estúpido, pero antes de la lectura de este libro  no lo sabía.Pema habla de cómo el verdadero guerrero es aquel que puede hacer una honesta auto-evaluación, liberarse del auto-engaño y  acercarse a su propia red intrincada de miedo y defensas que ha acumulado, y conocerla dando luego con el comportamiento que ha estado evitando. Para hacer frente a una identidad que no queremos, digamos, la pereza, por ejemplo, abrimos un bloqueo masivo puesto en marcha por nuestra naturaleza habitual de huir y la eludir. Cuando se elimina el bloqueo, la energía fluye y comenzamos a encontrar nuestra vulnerabilidad  interior, nuestra bodhichita.

 "Este proceso de experimentar la pereza directa y no verbalmente es transformador. Se abre una tremenda energía que normalmente está bloqueada por nuestro hábito de huir. Esto se debe a que cuando dejamos de resistir a la pereza, nuestra identidad como “el que es perezoso” empieza a desmoronarse por completo. Sin las anteojeras del ego, nos conectamos con una nueva perspectiva, una visión más grande. Así es como la pereza, o cualquier otro demonio, nos ayuda a introducirnos en la vida compasiva”.

 Era un concepto totalmente nuevo para mí. Esta idea de enfrentarse a las identidades cara a cara con el fin de debilitarlas. Fue el punto de inflexión en mi vida;  el momento en que me hice cargo de mi vida y mis comportamientos, y comencé a tomar la responsabilidad de cómo yo estaba respondiendo a la vida. Esto hizo volar en pedazos todo lo que había estado creyendo acerca de mí misma y de mi existencia humana.

 Efectivamente, una vez que dejé de voltear la cara evitándola, pude mirar mi ira al rostro. Le dije: "Sí, estoy enojada." Fue una difusión instantánea del bloqueo energético y emocional que me había estado enterrando durante años. (Esto no quiere decir que nunca tenga que respirar hondo a causa de la ira  ahora, o que no me molesto. Lo hago). El punto es, que ya no es mi identidad. Viene y se va. No me aferra. No la oculto. Ya no soy definida por las emociones y comportamientos. Existe este flujo y reflujo y lo acepto. Ya no estoy estancada.

Paseé profundamente por la mayoría de los lugares que me asustaban en lo más profundo de mi alma y de la mente. Nadé hondo en el fondo de mi cuerpo emocional y me llegué a conocer a mí misma. Y lo que vi es lo siguiente:

 Allí no había nada que temer. Todo a lo que hice frente, yo ya lo había sobrevivido. Seguro que había algunas deficiencias y algunas partes dolorosas, pero no había nada parecido a lo que había estado creando en mi mente. Es como cuando finalmente entras en la casa abandonada en el bosque, acerca de la cual a todos los niños de la ciudad contaron historias de miedo. "Te perseguirán." "Alguien fue asesinado allí." Las historias fluyen y nos mantienen fuera porque tenemos miedo. Por último, en una demostración de valentía para impresionar a nuestros amigos, vamos. Una vez dentro, vemos que no hay fantasmas, o manchas de sangre, o asesinos con hachas. Sólo hay una casa; una vieja, deteriorada y descuidada  casa abandonada, llena de polvo, telarañas, desorden y grietas.

 Nada atemorizante en ella. En todo caso, es solitaria. Y algo en éste darnos cuenta nos toca muy dentro, en el fondo, más allá de las paredes. La conexión con esta energía suave y solitaria de la casa triste y abandonada despierta nuestra vulnerabilidad interior, nuestra bodhichita. Durante este momento exacto de la relación con la bodichita es cuando somos más fuertes. En la vulnerabilidad encontramos nuestra fuerza.

 Ser capaz de mirar a la energía del otro y ver más allá de la cáscara externa (como con la casa) para conectar a un nivel profundo, sin decir una palabra, sin necesidad de arreglar cualquier cosa, hacer algo o cambiar algo, este es el camino del guerrero. Tener el valor suficiente en el momento de estar presente con lo que está ocurriendo exactamente como es.

 Si nos reconocemos e identificamos con las energías que no deseamos, nos empequeñecemos, y así lo haremos con los demás. Identidades y etiquetas sólo sirven para dividir.

 Estar presente con el dolor, la ira, la tristeza, la alegría o el amor sin poner filtros e historias. Sentirnos incómodos y no tener que cambiarlo. Enfrentar nuestra propia oscuridad y abrazarla con amor, compasión y  buen humor nos permite ver a otros con el mismo amor y compasión.

Todo lo demás es sólo ego.

Escoge el amor. Sé un guerrero de la compasión.

  Lindsay Carricarte

http://www.elephantjournal.com/2016/04/the-book-that-shattered-my-illusions-taught-me-true-strength/

 

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