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viernes, 1 de marzo de 2019

La culpa y la vergüenza: Cómo Nuestro Enemigo Interior juega el juego -por Karol Truman

Material traducido del Inglés por Tahíta

 

 

 

Algunos de nosotros creemos que la única cosa que nos da problemas en nuestra vida está en el exterior – en un enemigo exterior. Enemigo exterior? ¿Es así como nos referimos a alguien a quien podemos culpar de las cosas? Si esta es nuestra percepción, tal vez no nos damos cuenta de que poner la culpa en alguien más, rara vez, o nunca, soluciona un problema. Ni tampoco culpar contribuye a lograr la sabiduría que anhelamos.

En esencia, culpar o señalar con nuestro dedo a otra persona está diciendo que estamos absolviendo totalmente nuestro Ser de tener alguna responsabilidad en el asunto - sea lo que sea. Al mismo tiempo, estamos de forma automática asignándonos el papel miserable de "víctima". Y, al sentir que somos una víctima, nuestra actitud inconsciente es: "No soy responsable de esta  situación." Por lo tanto, consideramos a la otra persona como responsable. Alguien "allá afuera" debe ser nuestro enemigo!

En este punto nos rendimos impotentes e indefensos, porque estamos permitiendo que alguien esté al mando teniendo el control. Al delegar el control de nuestras responsabilidades a otra persona, estamos renunciando a nuestro poder  divino y a nuestra Voluntad, también.

La necesidad de encontrar un culpable

La mayoría de nosotros no somos conscientes (a menos que nos detengamos a pensar en ello) que a menudo tenemos la necesidad de culpar. Si las condiciones de nuestras vidas no son de nuestro agrado, entonces vamos a culpar a alguien "ahí fuera". Sí, vamos a echarle la culpa a nuestro enemigo exterior, cuando en realidad es nuestro enemigo interno (a quien no vemos) el que genera esta necesidad de culpar. Pero, ni siquiera estamos conscientes de que tenemos un enemigo interno, ni de que nos escondemos detrás de él. No somos conscientes de que culpamos al enemigo (que creemos que está fuera de nosotros) en lugar de asumir la responsabilidad.

No hemos entendido  que culpar nunca resuelve un problema. Echarle la culpa a alguien nos impide asumir la responsabilidad y ser responsable. Y al no asumir la responsabilidad o tener que rendir cuentas, nuestro verdadero yo está perdiendo poco a poco su identidad y se va erosionando.

 

Tomar conciencia de que el Enemigo Interior

No podemos huir de nuestro enemigo interno, ya que va con nosotros a todas partes. Por lo tanto, seguimos sintiendo las mismas emociones negativas, experimentando las mismas frustraciones y los mismos desafíos… repitiendo los mismos patrones improductivos, teniendo dificultades para resolver nuestros problemas y seguir adelante. Algo más que el enemigo interno logra es mantenernos en un estado de separación de los demás.

Ahora que somos conscientes del enemigo interno (es decir, la ceguera y las zonas erróneas), tenemos la oportunidad de experimentar una metamorfosis excepcionalmente significativa mediante la aceptación de estas partes, sin dudarlo. Aquello que  temíamos o por lo cual sentimos desprecio por nosotros mismos, ahora podemos aceptarlo como un maestro o amigo que es absolutamente esencial para nuestra integración. Al ser responsables de nuestros sentimientos indeseables, y mirando en el espejo (si lo deseamos) podemos lograr  la sustitución de lo negativo por sentimientos positivos, aprovechando bien al enemigo interno. Nos estaremos liberando de él. Quitaremos del camino la ceguera y las zonas erróneas. Por un proceso de descubrimiento, de curación, y reconexión con nuestro  Verdadero Ser, volvemos al amor que somos!

La buena noticia es que: el enemigo interno se transforma en una parte útil de nuestra personalidad por nuestro reconocimiento consciente y la aceptación de él como parte legítima e inevitable de nuestro Yo. No es el enemigo el que es malo; es nuestro desconocimiento del enemigo interno que crea el mal. Tengamos en cuenta que el enemigo interno seguirá con nosotros en contradicción mientras no le demos reconocimiento y atención. Pero, al reconocerlo  y luego aceptarlo, nos complementa y no nos contradice. Así, lo que antes parecía solo negativo revela ahora un lado hermoso, positivo.

La superación de los conflictos internos

Admitir nuestra división interna y de ver a nuestro enemigo interno necesita mucho valor espiritual. Al acceder a este valor, sin embargo, superamos los conflictos internos que podemos estar experimentando y regresamos por el camino de la elección - la carretera principal, no el desvío. (¿Cuánto tiempo hemos estado tomando nuestros desvíos?) Dirigiéndonos  de regreso a la carretera principal, tenemos una mayor probabilidad para el descubrimiento de nuestro Ser, porque nuestro verdadero Yo solo se puede encontrar en la Senda principal… no por los caminos laterales.

El logro que hemos estado discutiendo requiere varios cambios importantes de paradigma, y algunos pueden preguntarse si les importa realmente hacer el esfuerzo o molestarse en  hacerlo. Tengan la seguridad de que  los resultados valen la pena el esfuerzo que se requiere. Y  los cambios se hacen sin esfuerzo cuando una persona se acostumbra a ellos.

Al darnos permiso para explorar y permitir estas nuevas posibilidades en nuestra vida, nos resulta mucho más fácil amar plenamente, apreciar y abrazar la verdad de nuestra seidad. Es sólo por amar y aceptar nuestro Ser que realmente podemos amar y aceptar a los demás. Esto no es una cuestión de lograr alguna condición imposible e inhumana como “ser un santo” sino cumplimentar en  nuestra persona humana, lo que Somos.

Cuando se elimina la oposición interna, nos convertimos  en la persona íntegra que estamos destinado a manifestar,  un ser humano más congruente con su Seidad. La totalidad se logra con :

1) Darse permiso para tener defectos .

2) Desarrollar  la valentía para hacer los cambios necesarios.

3) Tener la fortaleza que admitir que hemos errado en algo.

4) Examinar las percepciones erróneas y corregirlas lo mejor que podamos.

5)Ponernos frente al enemigo interior para hacerlo nuestro aliado.

6) Resolver sentimientos indeseables, pensamientos, actitudes o comportamientos.

 Es tan liberador!

 

Admitir y permitirnos fallos y fracasos

A menudo, lo que se consideramos  faltas y fracasos, han contribuido al desarrollo de nuestro  potencial y capacidad de Amor. Cuando somos capaces de admitir y permitir  nuestras propias faltas y fracasos, no somos tan rápidos para juzgar o condenar a otro. Al reconocer y aceptar  nuestros propios defectos, sentimos automáticamente un mayor sentido de compasión. Cada uno de nosotros puede hacer una diferencia.

¿Estamos ahora preparados para la re-solución de los sentimientos y pensamientos que no contribuyen a las cualidades que deseamos que encarnan? Es muy importante tener en cuenta, mientras dura el proceso, que éstas condiciones no las materializamos en una sola noche, por lo tanto, no las disolveremos en ese lapso. No es una píldora. Es un proceso. Es un viaje. Puede tomar un tiempo para llegar a una concreción feliz.

Cualidades negativas transformadas en  cualidades positivas

Podemos  quedar atrapados por períodos de tiempo en cualidades poco positivas. Mientras tanto solo vigilemos con el “custodio” siempre encendido para detectarlas. Al hacerlas conscientes, ya se transforman en algo positivo.

Podemos dejar de culpar. Podemos librar a nuestro Ser del enemigo interno. Podemos ser totalmente congruentes en todo lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos.

Así que  vamos a renunciar a la esclavitud autoimpuesta que hemos experimentado debido a nuestra propia inconsciencia.

Vamos a encender las luces a medida que viajamos por nuestro camino de vida, para ver hacia dónde vamos.


 

por Karol Truman , autora del libro “Los Sentimientos que se entierran con vida nunca Mueren

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