DONACIÓN AMOROSA

 

DONACIÓN AMOROSA

 

INFINITAS GRACIAS!!

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miércoles, 29 de septiembre de 2021

Un nuevo concepto de sustento - Joel Goldsmith


Un nuevo concepto de sustento.

  El sustento es una de las manifestaciones más fáciles que un estudiante espiritual puede hacer, pero hay una gran diferencia entre la verdad espiritual del sustento y la percepción humana de éste. En la verdad espiritual el suministro no es entrada; es salida. Para el sentido humano, la verdad es lo contrario de esto. Sin embargo, desde el punto de vista espiritual, no hay modo de manifestar el sustento. No se puede hacer porque todo el sustento que existe en los cielos o en la tierra existe dentro de ti en este momento y, por lo tanto, todo intento de manifestar el sustento debe resultar un fracaso. No hay sustento fuera de tu ser. Si quieres disfrutar la abundancia de suministros, debes abrir un camino para que este suministro escape. El modo de abandonar este sustento por medio de la donación se te revelará en tu comunión con Dios.

  Cuando alguien te llama y te pide ayuda para conseguir una conciencia de sustento y busca instrucciones, es legítimo y necesario llamar su atención al principio de sustento del siguiente modo: "te ayudaré, pero puedes empezar a conseguir esta conciencia de sustento intentando encontrar algún lugar donde puedas dar en el que no hayas estado dando ya –no a tu familia, porque probablemente eso ya lo estás haciendo, sino a alguien que no es miembro de tu familia o incluso a alguien que en este momento es tu enemigo -. Busca en tu ropero o en tu despensa para ver si hay algo allí que puedas compartir. Comienza la corriente de dar y comenzaras la corriente del sustento".

  Tu conocimiento de la verdad de lo infinito y la naturaleza omnipresente del sustento liberará a tu paciente de la creencia de la escasez y la limitación; y cuando empiece a abandonar las formas de sustento y desarrolle más una actitud de dar que una de obtener, el sustento comenzará a fluir. No hay límite para lo que un estudiante espiritual puede comenzar a dar. Este dar no tiene relación con cantidades – con el número de dólares o algo parecido. Dar no tiene que ver con el grado de la dádiva. Es el reconocimiento de que el sustento se recibe de afuera, no se recoge.

  Dar no comienza necesariamente con la donación de cualquier cosa material, dinero o cosas- con dar cualquier cosa. Puede que empiece con dejar algunas cosas; dejar el resentimiento, los celos, el odio; dejar el deseo de obtener el reconocimiento, la recompensa, la remuneración, la gratitud y la cooperación. A la vez que este dejar llegara el dar de la paciencia, la cooperación, el amor y el perdón. Dar comprendiendo que no es lo que consigues lo que es tu sustento: es lo que das.

  Puede ser que hayas estado aferrándote al dinero con demasiada fuerza. En este caso tendrás que aprender cómo dejarlo y soltándolo, pones en movimiento la corriente que inevitablemente vuelve a ti. Esto no quiere decir que lancemos el dinero o cualquier bien pródiga y descuidadamente. A nadie se le pide nunca más de lo que dicta el sentido común o la sabiduría. Lo que se pide es un cambio de actitud y una voluntad de en un momento determinado comenzar a dar con la idea de que allí está ese cuarto de dólar o ese dólar para ponerlo en circulación y lo importante es que comience a circular.

  Esto no es una idea nueva. Las escrituras nos han dado esta enseñanza bajo el nombre de diezmo, es decir, dar a Dios una décima parte de los ingresos de uno. Hay mucha gente que cree que ellos no pueden permitirse dar tal cantidad porque en sus corazones creen que eso sería demasiado desagüe para sus carteras y puede que para ellos intentarlo pudiera ser desastroso al principio. Podría ser más sensato para estas personas que comenzasen el diezmo con una cantidad menor – el 5%, el 4%, el 3%, el 2% o cualquier cantidad – siempre que se aparte una suma o un porcentaje determinado que tenga prioridad sobre otros gastos y que sea empleado para algún fin impersonal, no a la familia, no para beneficio propio, sino para algo completamente impersonal.

  Probablemente la mayoría de las personas creen que la donación de ese diezmo se debería tomar de lo que sobra después de que se hayan cubierto todos los gastos. Sin embargo, el secreto de la donación es no dar a Dios lo sobrante, sino " los primeros frutos" y, además, dar estos primeros frutos de manera secreta siempre que sea posible para que sólo el donante sepa de dónde vienen.

  Después de aprender lo fácil que es dar el 2 o el 3% de los ingresos de uno, en poco tiempo la cantidad se podría incrementar al 4 o el 5% y luego el 10%. Es bastante interesante el hecho que raramente se para en la donación en el 10%. Conocí a tres personas que donaron el 80% de todos sus ingresos y por muy sorprendente que pudiera parecer, esas personas tenían más sobrante para vivir del que podían gastar por mucho que derrochasen.

  Permíteme repetir este importante aspecto del principio del sustento: el sustento no es obtener; el sustento es dar. El pan que arrojas al agua es el pan que regresa a ti. No es el pan de tu vecino; es tu propio pan; y si no lo arrojas al agua, no habrá pan que regrese a ti. Todo el pan que está en el agua está marcado para que vuelva a la persona que lo ha enviado.

  De un modo u otro debes arrojar el pan a las aguas. Si no has aprendido cómo hacerlo, ésta es tu primera gran lección. Debido a la naturaleza infinita de tu ser, no puedes añadirte salud a ti mismo o riqueza u oportunidad o compañía. Todo lo que puedes hacer es reconocer que personificas todo lo que Dios es y tiene. No debes intentar conseguir; no debes intentar tener; no debes intentar guiarte; debes aprender como dejar que el infinito fluya fuera de ti. El reintegro del pan es una acción que refleja que tiene lugar por su propio impulso, igual que si lanzamos una pelota de goma contra la pared. La lanzas, pero bota de vuelta por su propio impulso.

  Cuando arrojes tu pan a las aguas, encontrarás la gracia de Dios fluyendo a la expresión en forma de la armonía de tu ser. Si ignoras este importante punto en la enseñanza espiritual o si piensas que después de todo no es demasiado importante, lo más probable es que pierdas el camino, porque cuanto más tiempo te mantengas encadenado a la creencia de que puedes conseguir algo – incluso de Dios – más tiempo te estás separando del contacto con tu bien. En el momento en que puedas comprender la instantaneidad del ahora y el yo del ser, desde ese momento miras fuera de este mundo comprendiendo con alegría:

 Gracias, Padre. No necesito nada más que Tu Gracia. Permíteme vivir a cada minuto como estoy viviendo éste, amando este universo y amando a todo el mundo en él. No tengo nada contra ningún hombre. Nadie que necesite perdón puede entrar en el terreno de mi conciencia, porque ya lo he perdonado – mil veces -.

  Una segunda e igualmente importante parte del principio del sustento es que éste es invisible. No puedes ver, oír, tocar, degustar u oler el sustento; nunca has visto el sustento porque no existe en el reino visible. El sustento es Espíritu o Vida, de naturaleza completamente invisible e infinita.

  Hoy no hay menos sustento que el que Jesús, Moisés, Elisha, o Elijah tuvieron. Ellos sabían que tenían un infinito y lo probaron. Tú tienes exactamente ese mismo infinito, ni un cuarto de penique menos. Pero hasta que tengas claro que Dios constituye el ser individual, no puedes entender la naturaleza infinita de tu propio ser y siempre estarás buscando el sustento y la seguridad fuera de ti mismo, la seguridad en los dólares o incluso en billetes de mucho más valor.

  La creencia de que el dinero y la propiedad constituyen el sustento ha sido aceptada durante tantos años que la mayoría de las personas confían en ellos para su seguridad; y entonces, cuando por la devaluación de la moneda o por una crisis mundial o por alguna otra razón que este fuera de su control los billones desaparecen, sienten que su mundo se ha hundido. Los estudiantes de la sabiduría espiritual deben llegar a comprender que no tienen sustento fuera de su propio ser, que el sustento subyace en algo que no se puede conocer a través de los sentidos físicos: el sustento es el Infinito Invisible.

   El sustento es algo que está dentro de tu propio ser; es la verdad que Dios constituye en tu ser. Cuando reconozcas a Dios como tu ser, no tendrás otra necesidad más que conocerle a Él adecuadamente. Si tienes a Dios, tienes sustento; pero lo importante es: ¿Tienes a Dios? En espíritu, sí, en teoría, sí, todo el mundo tiene a Dios; pero si todo el mundo tuviese a Dios, no habría escasez o limitación en todo este mundo. La verdad es que la gente solamente tiene a Dios como algo potencial o como una posibilidad. Tener a Dios significa conocerle de manera consciente y acertada, ser un tabernáculo de Él de manera consciente, estar en comunión con Él de manera consciente que es todo el yo de tu ser. Teniendo esto, tienes la fuente de todo sustento.

   Moisés tuvo a Dios y por eso pudo observar el maná cayendo del cielo cuando lo necesito; Elijah tuvo a Dios y por eso él, en el desierto, pudo alimentarse de los cuervos o pudo encontrar una mañana y encontrar dulces cocidos en las piedras frente a él. ¿De dónde? De nada – de nada visible o tangible. Estas cosas salieron de su consciencia de Dios apareciendo como la substancia y la forma de la vida, Dios apareciendo como comida. Teniendo a Dios lo tenían todo.

  El mundo se está perdiendo en afirmaciones como: "Dios cuidará de esto", "Dios hará esto" o "Dios hará aquello" – y Dios no lo hace de ninguna manera. Sólo se hace en proporción a la experiencia de Dios. Finalmente, todo el mundo debe llegar a comprender que, teniendo a Dios, lo tiene todo; y no teniendo a Dios, por muchas otras cosas que pueda tener, no tiene nada. Nada se retiene, nada se pierde y nada está ausente de la persona que ha alcanzado la conciencia de Dios.

  "Si, si", al leer esto puedes pensar: "Si, todo eso suena muy bien sobre el papel, pero, ¿cómo puedo llegar a la conciencia de ese sustento que continuamente me rehúye?"

  Volvamos a nuestra premisa original. Ya que Dios es infinito, no existe nada más que Dios. Cuando percibes el infinito de Dios y ese Dios en Su infinidad está más cerca de ti que el respirar, puedes entonces comenzar a pedir para ti una abundancia infinita. Haciendo tal petición, no estarás insultando a tu inteligencia porque lo que estás pidiendo ahora es la presencia de Dios en ti, la presencia del Dios infinito y omnipresente.

  Para nadie es fácil despejar por completo de su mente toda preocupación por saber de dónde va a venir su próximo automóvil, sus próximas vacaciones o, en algunos casos, incluso su próxima comida: no es fácil poner en práctica las enseñanzas del Maestro: "No os preocupéis por vuestra vida, que comeréis, o que beberéis; ni por vuestro cuerpo, con qué vestiréis"; en cualquier caso uno de los pasos más importantes en el desarrollo de una consciencia de sustento es despejar de tu mente estas preocupaciones porque las formas del bien no son más que las cosas añadidas. Es decir, por tu bien exterior no es más que el símbolo de la omnipresencia del sustento.

   Si no tienes consciencia de sustento, no tendrás los símbolos de sustento en tu bolsillo. Primero, debe existir la consciencia del sustento y luego los símbolos le siguen. Cuando tienes la consciencia de la presencia de Dios dondequiera que estés, cuando tienes la comprensión de que el lugar donde estás es tierra santa y de que: "Hijo tú siempre estás conmigo y todo lo que poseo es tuyo" – cuando adquieres esa conciencia, aparecen los símbolos en la forma que se los necesita. Los símbolos varían de un día a otro; toman la forma de dinero un día, transporte o estancia en un hotel al siguiente, comida, ropa o cualquier otro bien al siguiente día. Cualquier cosa aparece en la forma que se necesita ya que no es más que el símbolo de la expresión exterior del sustento.

  Permíteme repetir de nuevo: el sustento en sí mismo no puede conocerse nunca a través de los sentidos. El sustento es Dios; el sustento es el Espíritu; el sustento es la presencia del Señor que está contigo; el sustento es la fuerza de la Vida que funciona a través de ti.

  ¿Qué más pruebas de esta verdad necesita la persona espiritualmente receptiva que la de ver al árbol frutal cuando no hay fruta y ni siquiera ha florecido? ¿Vas a cortar el árbol porque sea estéril? ¿Por qué no? No hay sustento allí – no hay sustento visible. Para toda apariencia el árbol es estéril. ¡Ah!, pero tú sabes más. Sabes que hay una fuerza de Vida trabajando dentro y a través del árbol, una fuerza Vital que forma la savia que ascenderá por el tronco hacia las ramas y que más tarde aparecerá en forma de flores y después como fruta. No te confundes por la apariencia de un árbol estéril creyendo que el árbol no tiene suministro de fruta o que es un árbol inútil.

  ¿Por qué no aplicar el mismo principio a tu propia vida y a tus asuntos y confiar independientemente del estado de tu sustento visible en un momento determinado? Si llegase un huracán y arrasase todo tu mundo, todavía permanecerías en tierra santa, esa tierra que es la del "Señor, y de Éste la plenitud", porque yo estoy allí y esa fuerza Vital invisible, infinita y que ama a todo todavía estaría trabajando en tu conciencia. Con un poco de paciencia, las flores y la fruta aparecerán de nuevo en forma de billetes de dólar o en la forma que se necesite. Todo lo que se necesita es el reconocimiento de esta verdad.

  Créelo o no, como quieras: hay una fuerza Vital trabajando en ti, del mismo, del mismo modo que está trabajando en el árbol. Pero puedes preguntarte: "¿Por qué no se ha hecho visible en mayor medida? ¿Por qué debo luchar continuamente con este problema de escasez?"

  ¿Puede ser porque tu conciencia no está en armonía con lo Invisible, sino sólo con lo visible? ¿Puede ser que la mayor parte del tiempo hayas estado intentando y todavía estés intentando crear sustento de lo visible? Los panes y los peces no pueden multiplicarse desde nada visible, ni tampoco pueden los billetes. Si alguien intentase multiplicar, debe hacer su multiplicación en lo Invisible. ¿Y la manera? Comprende que Dios es infinito y que tu sustento es tan infinito como Dios.

  ¿Y qué hay de esos que dejan que su fruta se quede en el árbol, los que no la recogen? Qué rápidamente aprenden que un árbol puede secarse y no dar más fruta. Sólo cuando recolectas la fruta y recoges las flores comienza su trabajo de multiplicación la fuerza Vital, produciendo el doble de cantidad que antes.

  Tu sustento comienza a hacerse evidente sólo en la proporción en la que amas a tu vecino - da amor, da perdón, da cooperación - pero da siempre sin esperar la vuelta. Sólo el vulgar materialista da y luego espera una devolución. La verdadera luz espiritual se desprende de la plenitud de un corazón generoso, sin buscar la vuelta. No hay necesidad de ningún tipo de vuelta: Dios es suficiente reintegro para uno.

  Entender esto es entender uno de los mayores principios sanadores de El Camino Infinito: tu conciencia de la verdad determina tu sustento, no un Dios en algún lugar, ni un Cristo en algún lugar, ni un Espíritu en algún lugar, sino tu conciencia - tu estado de conciencia desarrollado. Casi siempre es cuestión de desarrollar esa conciencia. La conciencia de los discípulos pescadores era un estado desarrollado de conciencia. La conciencia de Saúl de Tarso desarrollada en la conciencia de San Pablo. San Agustín en los primeros años de su vida estaba lejos de ser una luz espiritual, pero también se convirtió en un estado desarrollado de la conciencia espiritual.

  El secreto es que la fuente de tu sustento es tu propia conciencia de Dios como sustento - tu estado desarrollado de conciencia. Si buscas sustento mediante la ayuda de un sanador, entonces tu sustento depende de la conciencia espiritual desarrollada de tu sanador. Pero eso no será una manifestación permanente porque más tarde o más temprano te verás en una situación en la que tendrás que confiar en tu propio estado de conciencia desarrollada, recordando siempre que la conciencia desarrollada es la conciencia de Dios revelándose como tu conciencia individual.

  Es entonces cuando comienzas a caer en una medida de sentido personal de sustento y llegas a un gran y magnifico momento en tu vida en el que todo el mundo cae de tus hombros, en el que dices y crees con todo tu corazón:

  "El Padre es mi sustento”. Mi sustento es invisible y lo llevo conmigo donde quiera que vaya.

 

  Algunos que buscan lo espiritual sostienen erróneamente la fantástica idea de que, misteriosamente, Dios es mucho mejor con ellos que con el resto del mundo. ¡Que Dios tan terrible seria ese! Cierto, la ignorancia de la verdad puede llevar a tu vecino a encontrarse cara a cara con la insuficiencia y dejarle bajo una petición de escasez o limitación, pero Dios no concede Sus bienes más ligeramente sobre unos que sobre otros. La única diferencia es que algunos y particularmente los que están en el Camino, son más conscientes de la presencia de Dios manifestada como forma.

    Ningún investigador se atreva a creer que una nación, una raza o una religión tiene más acceso a Dios que otra o que alguna persona tiene un status especial con Dios. La infinidad de Dios es universal, pero es tu aprehensión de esa verdad lo que constituye tu manifestación del bien. Cuando asumas que la comprensión de la presencia de Dios conduce a la manifestación y a la expresión verdadera de la abundancia, no creerás que a través de algún tratamiento milagroso o rezo todo se ha aumentado, sino que entenderás que lo que ha ocurrido es que te has hecho más consciente de lo que ya existía desde el principio en su plenitud.

   En la misma ciudad una persona experimenta la escasez y la limitación y otra disfruta de la abundancia. La ciudad no es responsable, ni lo es el tiempo. Podría haber un año de crisis o uno de prosperidad. El año no es responsable; muchas personas han perdido todas sus posesiones en los años boom. El lugar ni puede hacerte ni hundirte. Tu, tú mismo, te conviertes en una ley para tu experiencia en proporción al grado al que llegues en comprender que Dios es la sustancia de toda forma.

  Si Dios es la sustancia de toda forma, ¿puedes agrandar la forma? ¿es Dios la sustancia de la forma limitada' No, la forma ya es infinita, tan infinita como la sustancia de la que está hecha. El secreto subyace en el reconocimiento de Dios como omnipresente - más que eso, como la Omnipresencia en Si Misma, la presencia de tu ser y, por lo tanto, la presencia del Infinito. Tu conciencia de la presencia del Infinito revela donde ha existido escasez.

  Todo lo que aparece sale de la sustancia de lo Invisible y es infinito. Por ejemplo, no hay modo de aumentar tu suministro de cultivos, dinero, tierra, o de cualquier otra cosa por la que el mundo reza. No hay un rezo milagroso que haga salir conejos de un sombrero. Nadie puede hacer eso a menos que los conejos estuviesen allí previamente. No hay aumento o disminución: sólo hay Infinito expresándose a Sí Mismo. Si tú no eres el recipiente de las bondades del Infinito, no es porque no esté allí, es debido a tu falta de conciencia de lo infinito.

  Demasiados metafísicos están intentando demostrar formas del bien mientras que, en todo momento, no hay forma del bien separado y distinto del Bien en Sí Mismo. En la proporción en que la conciencia de Dios se demuestre aparece esa presencia del Bien en la forma necesaria para ese momento, a veces del modo más milagroso.

   A lo largo de la Biblia, desde el Génesis hasta la Revelación, este milagro se cuenta una y otra vez. Cada profeta, santo, vidente o sabio ha tenido conciencia de la presencia de Dios, ha vivido conscientemente en esa Presencia y ha encontrado su protección, comida, seguridad y resguardo apareciendo en el modo que les era necesario. Pero ¿fue todo el mundo cuidado del mismo modo en tiempos bíblicos? ¿Es todo el mundo cuidado hoy en día del mismo modo? Sabes la respuesta. Entonces, ¿a quién le ocurrió, a quien le ocurre y a quien le ocurrirá? A la persona consciente de la presencia de Dios, la persona que vive, se mueve y tiene su ser en Dios de manera consciente. El Maestro no multiplicó los panes y los peces: el Maestro sólo sabía algo - la presencia del Padre en su interior - y Su Conciencia de la presencia del Padre en su interior se apareció exteriormente en forma de multiplicación de peces, así como curaciones y la superación de la muerte.

   Cuando aprendas a dejar de usar el poder mental - esforzándote en concluir en algo con verdad o intentando hacer de la mente humana una central de energía - y te conviertas en silencioso y receptivo hasta que el Mundo comience a fluir, conocerás el significado de la armonía y del infinito.

   Observa el milagro cuando tu mente deja la lucha de crear, de aumentar, de sanar, de ahorrar o de redimir. Observa el milagro que tiene lugar en tu vida cuando aprendes a relajarte comprendiendo que la naturaleza infinita de Dios hace a Dios el único Es, y que incluso las formas en las que Dios se aparece deben ser infinitas. Así declaran los cielos la gloria de Dios mostrando la infinita belleza y bondad de Dios; la tierra muestra la obra de Dios, la gloria de Dios en infinita forma, variedad, color, perfume y cantidad.

  El infinito es la medida de Dios. Sin embargo, en el momento en que intentes manifestar manzanas, habrás descendido a lo finito; en el instante en que intentes manifestar una casa, salud o riqueza, estás en lo finito. Pero, si manifiestas la compresión de la presencia de Dios, tienes la presencia de Dios apareciendo como infinita y en formas infinitas de bien. La presencia de Dios no manufactura una forma especial de armonía.

 La presencia de Dios es Ella Misma la forma de todo bien.

 

 Extraído del libro "El Arte de la Curación Espiritual" de Joel Goldsmith

 

 

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