"Cuando tenía cuatro años mi madre solía traerme una galleta al volver del mercado.
Me iba al patio de delante y me la comía muy despacio, a veces tardaba media hora o cuarenta y cinco munutos en comerme la galleta. Tomaba un pedacito y miraba al cielo. Tocaba al perro con un pie y cogía otro pedacito.
Disfrutaba de estar ahí, con el cielo, la tierra, los matorrales de bambú, el gato, el perro, las flores.
Podía hacerlo porque no tenía muchas preocupaciones. No pensaba en el futuro, no añoraba el pasado. Vivía plenamente en el momento presente, con mi galleta, mi perro, los materiales de bambú, el gato y todas esas cosas.
Podemos tomar nuestros alimentos tan lenta y deliciosamente como yo tomaba mi galleta de la infancia.
Quizás tengáis la sensación de que habéis perdido la galleta de la infancia, pero estoy seguro de que sigue ahí, en algún rincón de vuestro corazón.
Ahí permanece todo y podéis hallarlo si lo deseáis intensamente."
Thich Nhat Hanh
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