Este proceso de pensamiento se basa en el Curso.
Por supuesto, cada persona es única a nivel de la forma, por lo que diferentes ideas de la mente correcta funcionan mejor para distintas personas.
El método ha de aplicarse al irse a la cama por la noche. Situará tu mente en una modalidad curativa. Seguidamente, mientras duermas, tu mente trabajará en la curación del cuerpo. El Espíritu Santo desempeña el papel más importante; debes pensar en Él y unirte a Él justo antes de hacer este proceso. Vuelve a pensar en el Espíritu Santo antes de desconectar. No lo hagas pesadamente. Solo invítalo a unirse a ti.
En primer lugar, cuando te tumbes, piensa en la zona dolorida y recuérdate que el dolor, así como el propio cuerpo, es un proceso mental. El dolor no es un proceso físico. Tú eres quien está pensando este dolor en tu sueño. No es verdadero dolor, es un dolor onírico, y tú eres el soñador.
El dolor está en tu mente, como la totalidad del sueño. Y, si está en tu mente, puedes cambiar de opinión al respecto. Cuando tengas muy claro que es un proceso mental, dite lo mismo que dice el Curso: «La mente que está libre de culpa no puede sufrir».
Transcurridos un par de minutos, cuando lo hayas asumido, dite a ti mismo: «Soy inocente, y Dios me ama incondicionalmente. Lo único que Dios quiere hacer es cuidar de mí para siempre, porque Dios sabe que soy tan inocente como Él mismo». Imagínate uniéndote a Dios y extendiéndote hacia el infinito. Eres ilimitado, estás libre del cuerpo, y Dios cuida de ti por completo.
Ahora, visualiza la preciosa y prístina luz blanca del Espíritu Santo que viene hacia ti y te rodea. En un minuto o dos, esta luz curativa no solo te rodea, sino que también te atraviesa por completo. El amor del Espíritu Santo está absolviéndote de cualquier culpa inconsciente que desconozcas, y puedes confiar en que serás curado.
No estás solo en esto. El Espíritu Santo te ha declarado inocente. A continuación, cuando estés preparado, puedes irte a dormir en el amor curativo del espíritu.
Haz esto durante treinta noches y mantente abierto a la posibilidad de que toda enfermedad y dolor sean de la mente y no tengan nada que ver con el cuerpo.
Gary Renard
Tomado del libro “El Amor no ha Olvidado a Nadie”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario