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¿Estás dispuesto a dejar de buscar la paz?
Todos deseamos la paz, el bienestar y la libertad inmutables del sufrimiento. Afortunadamente, no necesitamos ir a ningún lado para realizar la paz y la libertad, porque ya es algo innato dentro de nosotros, como nuestro derecho de nacimiento, como una expresión fundamental de nuestra naturaleza esencial subyacente, que está esperando nuestro descubrimiento en cada momento. Pero, ¿cómo reconocemos este aspecto esencial de la paz inmutable? ¿Cómo podemos aprender a encarnar la paz en medio de las circunstancias desafiantes y cambiantes de nuestra vida?
Este momento
Primero, debemos darnos cuenta y aceptar que todo lo que nos rodea y dentro de nosotros siempre cambiará constantemente. La paz duradera e inmutable nunca se puede encontrar en los objetos externos, los asuntos actuales, los patrones climáticos o dentro de nuestras sensaciones corporales, emociones o pensamientos. Éstos cambian constantemente y no ofrecen estabilidad ni paz duraderas.
En segundo lugar, debemos darnos cuenta y aceptar cómo nuestra mente busca constantemente la paz, pero por lo general busca en los lugares equivocados. La paz inmutable no se encuentra en ningún lugar, persona o cosa interior o exterior. Cuando realmente comprendamos que esto es cierto, solo entonces estaremos preparados para investigar y darnos cuenta de la verdad de la paz duradera. Aquí estamos listos para preguntar: “¿Hay algo, entonces, que no cambia, que nos ofrece estabilidad, paz y ecuanimidad inmutables? ¿qué es inquebrantable, sin importar nuestra circunstancia cambiante? "
En tercer lugar, la pregunta ahora es: “¿Estás listo para dejar de buscar la paz en los objetos, circunstancias y personas exteriores, o en algún tiempo y lugar futuros? ¿Estás dispuesto a encontrar la paz ahora mismo, en este momento, porque este momento es realmente todo lo que hay? " Si estamos realmente preocupados por lograr la paz, entonces es este momento el que debería preocuparnos, porque aquí, en este momento, como en cada momento que sigue, es donde encontramos la verdadera paz.
Ser paz
Si estás realmente listo, aproveche este momento, ahora, para detenerte y experimentar tu "eseidad" esencial. El ser está aquí, ahora mismo; siempre presente, como el portal que nos abre a la realización de la paz inmutable, la ecuanimidad, el bienestar y la libertad del sufrimiento.
Deténtee ahora y realiza las siguientes cinco consultas. Responde desde tu experiencia directa y de primera mano. Tómate tu tiempo con cada consulta. Ve despacio, de modo que tus respuestas provengan de la profundidad de tu eseidad, en lugar de tu mente intelectual.
1-Como ser, cuando simplemente estoy siendo:
¿Dónde me siento como ser, es decir, en mi cabeza, en mi corazón o…?
2-Como ser, cuando simplemente estoy siendo:
¿Qué le sucede a mi mente pensante y a mi sentido del tiempo?
3-Como ser, cuando simplemente soy:
¿siento yo, como ser, alguna sensación de carencia o necesidad?
4-Como ser, cuando simplemente soy:
¿Me siento desconectado de mí mismo, o separado del mundo que me rodea, o ...?
5-Como ser, cuando simplemente estoy siendo:
¿Necesito, como ser, hacer algo especial para ser?
Descansa y permanece como ser. Observa cómo, como ser, se siente espacioso, fuera del tiempo, más allá de la carencia y la necesidad, y completo y completo tal como eres, como ser. Observa también cómo la atención puede alejarse de experimentar el ser para identificarse con los objetos cambiantes de tu cuerpo (sensación y sentimientos), mente (emociones y pensamientos) y sentidos (el mundo que te rodea). Sigue llamando tu atención de nuevo a experimentarte a ti mismo como ser.
Como ser, observa lo que surge espontáneamente dentro de tu cuerpo, como una sensación de paz, ecuanimidad, bienestar, alegría y libertad inmutables. Observa cómo, como ser, se siente familiar y siempre presente, sin importar qué más esté presente (ya sea una sensación, un pensamiento, una emoción o un objeto mundano).
Ser paz es tan simple que fácilmente lo pasamos por alto y lo descartamos. Pero el hecho es que, como ser, descubrimos, aquí mismo, en este y en cada momento, una paz inmutable que es innata y siempre presente. A medida que nos damos cuenta de este hecho y nos tomamos el tiempo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año para mantener la atención en paz, nos daremos cuenta de que está presente, sin importar nuestras circunstancias. Entonces, la paz saturará nuestra vida y dará lugar a una estabilidad inmutable dentro de nosotros que nos permitirá estar de pie y responder, en lugar de reaccionar, a los huracanes y circunstancias en constante cambio que inevitablemente azotan nuestras vidas.
Permítanme terminar mi ensayo aquí, con el exquisito poema de Gendun Rinpoche, quien bellamente habla de esta comprensión de que la paz siempre está aquí, siempre esperándonos.
La felicidad no se puede encontrar a
través de un gran esfuerzo y fuerza
de voluntad porque ya está presente
en la relajación y el dejar ir.
Así que no te esfuerces;
porque no hay nada que hacer.
Cualquier cosa que surja en la mente
no tiene importancia real,
porque no tiene una realidad duradera.
No te apegues a ello;
no te identifiques con ello y
no lo juzgues.
Sin cambiar ni manipular nada,
deja que todo el juego de la vida ocurra por sí solo,
brotando y cayendo como olas;
todo se desvanece y reaparece,
mágicamente sin fin.
Nuestra búsqueda de la felicidad
nos impide ser
como los arcoíris que perseguimos
sin alcanzar jamás.
Lo real ya existe
siempre aquí
acompañándonos en cada instante.
Queriendo agarrar lo inasible
te agotas en vano.
Tan pronto como te abres y te relajas, el
espacio está aquí;
abierto, acogedor y cómodo.
No busques más.
No te adentres en la jungla enmarañada en
busca del gran elefante
que ya descansa tranquilamente aquí en casa.
Nada que hacer,
nada que forzar.
Nada que desear,
todo sucede por sí solo.
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