El silencio es nuestra verdadera naturaleza. Lo que somos fundamentalmente es solo silencio.
El silencio es libre de principio y fin. Fue antes del comienzo de todas las cosas. No tiene causa. Su grandeza radica en el hecho de que simplemente es. En silencio, todos los objetos tienen su hogar. Es la luz que moldea y da forma a los objetos. Todo movimiento, toda actividad está armonizada por el silencio.
El silencio no tiene opuesto en el ruido. Está más allá de lo positivo y lo negativo.
El silencio disuelve todos los objetos. No está relacionado con nada que pertenezca a la mente.
El silencio no tiene nada que ver con la mente. No se puede definir, pero se puede sentir directamente porque es nuestra cercanía.
El silencio es libertad sin restricción ni centro. Es nuestra totalidad, ni dentro ni fuera del cuerpo.
El silencio es alegre, no placentero. No es psicológico. Se siente sin un sensor.
El silencio no necesita intermediarios.
El silencio es sagrado. Es curativo. No hay miedo en el silencio.
El silencio es autónomo como el amor y la belleza. No ha sido tocado por el tiempo.
El silencio es meditación, libre de cualquier intención, libre de cualquiera que medite.
El silencio es la ausencia de uno mismo. O más bien, el silencio es la ausencia de ausencia.
El sonido que viene del silencio es música. Toda actividad es creativa cuando proviene del silencio. Es constantemente un nuevo comienzo.
El silencio precede al discurso, la poesía, la música y todo el arte.
El silencio es el hogar de toda actividad creativa. Lo que es verdaderamente creativo es la palabra, es Verdad. El silencio es la palabra.
El silencio es verdad.
Quien está establecido en el silencio vive en ofrenda constante, en oración sin pedir, en agradecimiento, en amor continuo.
Preguntas semilla para la reflexión: ¿Qué significa el silencio para ti? ¿Puedes compartir una historia personal de un momento en que te sentiste establecid@ en el silencio? ¿Qué te ayuda a cultivar el silencio?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario